Resposta às críticas feitas à Imagem de Nossa Senhora de Guadalupe  

  Em primeiro lugar:....o estudo sobre os olhos da imagem

  Alegar que as imagens que aparecem nos olhos da imagem nada mais são do que imagens formadas pelo acaso tal como a forma das nuvens, manchas em vidraças ou marcas de madeira se revela uma ignorância sem tamanho ou um cego preconceito científico, pois as imagens aparecem em ambos os olhos diferindo apenas tamanho, ângulo e luminosidade, o que se encaixa perfeitamente na fenômeno da visão estereoscópica. Os alongamentos de algumas das imagens correspondem à reflexão das mesmas numa superfície convexa como é o olho humano.

  Além disso, não se produz apenas um reflexo das figuras que vemos, mas três diferentes e superpostas. Esta tríplice imagem leva o nome de seus descobridores: Sanson (Oftalmologista de Paris) e Purkinje (médico de Breslau - Alemanha).

  Coincidência também?....Acaso?....são argumentos usados pelos críticos exatamente por não terem argumento.

  Além disso essas críticas provém de especialistas na área?...são oftalmologistas?...especialistas em estatísticas de acaso e probabilidade?...NÃO.

  Deixemos a palavra para especialistas...Abaixo transcrevo o artigo de Dr. Enrique Graue y Díaz González. E em seguida um breve histórico de sua vida profissional..

Site: http://www.cultura.udg.mx/religion/guadalupe/ojos.html


Mucho es lo que, en el curso de más de cuatro siglos, se ha escrito sobre al Virgen de Guadalupe, pero sólo hasta hace muy pocos años se ha atendido otro aspecto de su imagen, el cual ha dado lugar a estudios, controversias y aseveraciones no siempre bien fundadas. Me refiero a la notica según la cual "en los ojos de la Virgen de Guadalupe, se aprecia reflejada la imagen o busto de un hombre.."
En efecto, hasta 1951 no se había intentado un examen de los ojos de la imagen, con el auxilio de una buena lupa y una buena iluminación. Fue don Carlos Salinas Chávez quien, el 29 de mayo de ese añ, inició tan interesante labor, siguiéndole luego otros insignes investigadores como Luis Toral Gonzáles, Manuel de la Mora y el doctor Rafael Torija Lavoignet y otros muchos científicos, entre los que se cuentan no pocos oftalmólogos del país y del extranjero.
El suscrito fue invitado, en diversas ocasiones, allá por los años sesenta, a examinar los ojos de la Virgen y dar su parecer con respecto a la figura que se decía reflejada en ellos. Me negué, alegando algún pretexto, pues sentía que científicamente tal cosa no podía ser, y no deseaba, por otra parate, desilusionar a las personas que me ivitaban y que de toda buena fe creían en algo que yo estimaba, repito, como imposible. Sin embargo, en 1974, accedí a practicar dicho examen, a condición de que pudiera efectuarlo en forma directa, esto es, sin que se interpusiera, entre el ayate y mis aparatos, el cristal que protegía a la imagen, y de que se me facilitara una "torre" o andamio, sobre el cual pudiera trabajar, desembarazadamente, a la altura en que estaba colocada la tilma en el altar mayor de la antigua Basílica. Añad&iaucte; que, sin presión alguna, rendiría mi testimonio, ya a favor, ya en contra del hipotético reflejo.
Con el debido respeto, principié por el examen de la tilma: medidas, estado de conservación, colorido, etc., para proceder luego a una escrupulosa inspección del rostro y de los ojos de la imagen. Observé, entre otras cosas sorprendentes, lo ya descrito por otros: al proyectar la luz de una lámpara de bolsillo sobre el segmento anterior del ojo, el irirs brilla más que el resto, no así la pupila, lo que da una sensación de profundidad; pareciendo, además, como si el iris fuera a contraerse, de un momento a otro, como el de una persona viva. Inspeccioné, luego, la córnea de ambos ojos y las manchas que se afirmaba correspondían al reflejo o "retrato" de un hombre y, si bien es cierto que noté algo, ello no fue lo suficiente como para sentirme capaz de emitir un dictamen. Así lo hice saber al descender del andamio y afirmé que, como oftalmólogo, no estaba aún en condicines de certificar cosa alguna, por lo que solicité se me permitiera practicar ulteriores exámenes, asistido de mejores aparatos que los utilizados en esa primera ocasión. Se me concedió el permiso y así, algunas semanas después, efectué tres exámenes, en otras tantas fechas, que me hicieron comprobar, con absoluta certeza, una realidad tan extraña, tan fuera de toda posibilidad, cmo la de ver reflejado, en la córnea y en el cristalino de los ojos de la imagen, el busto de un hombre barbado.
Para entender con mayor claridad este asunto de los reflejos, creo necesario hacer estos comentarios:
En primer lugar, de todas las membranas del ojo, las dos únicas que pueden reflejar algo son la córnea y el cristalino; ni en el irirs, ni enalguna otra, se da ningún reflejo. Esta es una verdad física y óptica indestructible.
En segundo lugar, es un hecho conocido, particularmente de los pintores, que cuando se pinta una cara, para darle "vida" al retrato se pone en los ojos un rasguito blanco, en forma de una "coma", ya que la córnea refleja cualquier luz ambiental y por eso se le llama "córnea espejeante".
Seguidamente, hay que notar que la figura de la Virgen es algo menor que la del tamaño natural correspondiente a una adolescente, y que por lo mismo los ojos son pequeños y están, además, viendo hacia abajo, por lo cual para examinarlos mejor hay que verlos de abajo hacia arriba. La medida horizontal de las córneas de los ojos de la imagen fluctúa entre los ocho y los nueve milímetros y el busto que se ve reflejado en ellas ocupa como un tercio de las mísmas, por lo que lo que sus dimensiones no pueden exceder los cuatro milímetros.
Ahora bien, en las córneas transparentes de los ojos de la imagen, así sean tan pequeñas como acabo de omentar, se aprecian científicamente colocados los reflejos del busto mencionado, de manera total y perfectamente acordo (con la distorsión óptica de un ojo a otro) a las leyes físico-ópticas de Purkinje-Sanson. En pintura alguna se ha encontrado algo semejante y todos los especialistas afirman, unánimes, que nadie hubiera sido capaz de realizar tan delicados y preciosos rasgos en una tela, y mucho menos sobre la burda urdimbre de la tilma. Una miniatura tal, sólo podría ser obra de un artista verdaderamente excepcional, que la habría de ejecutar sobre una superficie tan lisa y dura como la del marfil.
Hay, todavía, algo más: las imágenes reflejadas se aprecian, no sólo en las córneas, sino también y de acuerdo con la ley de Purkinje-Sanson en el cristalino o lente cristaliniana de los ojos de la imagen. Trataré de explicarlo: en todo ojo normal, con sus medios transparentes normales (córnea, humor acuoso, cristalino y humor vítreo), las imágenes de Purkinje son tres: la primera se aprecia en la superficie anterior de la córnea; la segunda, en la superficie anterior del cristalino; y la tercera, en la superficie posterior del mismo cristalino. La córnea y la superficie anterior del cristalino obran como espejos convexos y los objetos reflejados son más pequeños y "derechos", o sea de acuerdo con la posición que normalmente tienen; la cara posterior del cristalino actúa como un espejo cóncavo, dando imágenes más pequeñas aún que las anteriores, e "invertidas".
Pues bien, en los ojos de la Virgen, examiandos directamente y sin cristal alguno entre el ayate y la lupa, se pueden observar en el ojo derecho las tres imágenes de Purkinje (las dos primeras con mayor claridad que la tercera). En el izquierdo, se aprecia algo borrada la primera imagen, aunque con la distorsión perfecta, resultante de la curvatura natural de la córnea; la segunda, no pude apreciarla, y la tercera se adivina por un reflejo posterior brillante. Esto, puede atribuirse a la posición inclinada de la cabeza, que permitió que el ojo derecho estuviera más cerca del sujeto reflejado, que el izquierdo.
Aquí conviene hacer notar que fotógrafos expertos han logrado impresionar placas en las que se reproducen estos reflejos en los ojos de una persona, que para el caso representaría a la Virgen, colocada a unos treinta y cinco centímetros de otra que tomaría el lugar de Juan Diego. Iluminando intensamente el rostro de esta última y colocando la cámara en su pecho, las placas obtenidas permiten apreciar en los ojos de la primera el reflejo del supuesto Juan Diego, en la misma posición y con la misma distorsión que se observa en los ojos de la imagen estampada en la tilma.
Para aceptar un milagro, aparte de la evidencia humana de los hechos, se hace necesaria la apertura de espíritu hacia aquello que transciende lo meramente ntural. Ya en el terreno de lo real y concreto -sujeto a la observación imparcial del que sigue un método científico- la comprobación de ciertos fenómenos, como la conservación del ayate y de su colorido, el estampamiento de la imagen y los reflejos a que hemos aludido, nos hace admitir la existencia de algo que está mucho más allá de nuestro entendimiento y de nuestros conocimienotos.
Dr. Enrique Graue y Díaz González.

Sobre Dr. Enrique Graue y Díaz González:

site: http://www.medigraphic.com/espanol/e-htms/e-circir/e-cc2003/e-cc03-1/em-cc031q.htm

Volumen 71, No. 1, enero-febrero 2003 77
* Segundo Vocal de la Academia Mexicana de Cirugía.
Solicitud de sobretiros:
Acad. Dr. Jaime Lozano-Alcázar
Pestalozzi No. 1204-803
Col. del Valle
C.P. 03100, México, D.F.
Teléfonos: 56-04-25-77, 56-04-48-71
Recibido para publicación: 24-10-2002
Aceptado para publicación: 07-11-2002

Agradezco al Cuerpo Di-rectivo de la Academia Mexicana de Cirugía, haberme de-signado
para presentar el elogio fúnebre de quien fuera mi querido maestro, el Sr. Académico
Emérito Dr. Enrique Graue y Díaz González.
No cabe duda, fue un hombre afortunado, que supo labrarse,con inteligente tesón
y perseverante constancia,una vida plena, pródiga en éxitos.
A los 89 años de edad, el pasado día 9 de agosto en la
mañana se extinguió de pronto, sin pasar por enfermedad, dolores, ni agonía, mientras
platicaba plácidamente con su esposa y el mayor de sus nietos. "Una hermosa muerte
honra toda una vida..."decía Petrarca.
El día 26 de mayo de 1913 nació Enrique Germán Con-rado
en esta ciudad. Sus padres fueron el Sr. Dr. Enrique Graue Glennie, oftalmólogo y Doña María Luisa Díaz Gon-zález.
Fue el segundo de seis hijos y el único que siguió la profesión de su padre.
Luego de estudiar en el Colegio Franco Inglés, ingresó en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, formando parte de la generación 1932- 37, que supieron cultivar una
amistad de por vida y un buen número brillaron en di-ferentes campos de la medicina
mexicana, como los señores académicos Guillermo Alamilla, Pascual Hernández Padilla, Jorge Bravo Sando-val, Fernando Pino Quintal, José de Jesús Curiel y Vicente García Olivera.
El 5 de abril de 1938 aprobó Don Enrique su examen profesional. Luego quiso especializarse
en oftalmología y qué mejor que hacerlo con su propio padre y los distin-guidos
especialistas que con-formaban el Hospital de Nuestra Señora de la Luz, del
que el Dr. Graue Glennie había sido Director de 1912 a 1924 y era el principal centro
oftalmológico de México.
Tras una breve ausencia, en 1947, por cursos en la George Washington University, en la ciudad de Washington y en el Presbiterian Medical Center de Nueva York con el Dr. Manuel Uribe y Troncoso, se reincorporó al Hospital de la Luz, donde hizo carrera hospitalaria alcanzando la Dirección
en 1951 que ocupó hasta 1976, pasando a ser Director Honorario; luego, en 1980 Presidente del Patronato, hasta que le sucedió en el puesto su hijo el Dr. Federico Graue Wiechers, distinguido oftalmólogo especializado en cirugía de retina. Don Enrique fue Presidente Honorario del Patronato
hasta su muerte.
Ahí en el Hospital de Nuestra Señora de la Luz, fundación de asistencia privada, que data de 1876 gracias al legado de don Ignacio Valdivieso y Vidal de Lorca, Conde de San Pedro del Álamo, Don Enrique desarrolló su mayor actividad profesional, dedicado a labores asistenciales, de docencia y difusión. En el hospital introdujo al país la crio-extracción de catarata, método óptimo de la técnica intra-capsular,
entonces en uso, gracias a que trajo del Congreso Internacional de Río de Janeiro el primer equipo que hubo
en el país. Su habilidad quirúrgica lo hizo destacar en las diversas técnicas de la especialidad, particularmente en cirugía del segmento anterior del ojo: catarata, glaucoma, trasplante de córnea. Consciente de la importancia de la difusión científica inició una segunda época en el Boletín del Hospital Oftalmológico de Nuestra Señora de la Luz, que se publica bajo su dirección desde 1951 hasta su muerte.
Ahí mismo en el Hospital de la Luz se dedicó a la docencia tutorial y universitaria. Dentro de la Facultad de Medicina se inició como ayudante de profesor en 1943 y como profesor titular a nivel licenciatura desde 1958. Desde 1973 hasta su muerte, fue profesor titular del Curso de Especialización en oftalmología que se imparte en el hospital, gracias al reconocimiento que él obtuvo de la División de Estudios de Postgrado e Investigación de la Facultad de Medicina de la UNAM. No hace mucho recibió la medalla por
50 años de docencia.
Don Luis Ludert y Rull, Conde de la Valenciana, dejó en su testamento una fortuna para que se creara un hospital asistencial y nombró albacea a su amigo el Dr. Enrique Graue y Díaz González. A la muerte del Conde, Don Enrique formó el patronato correspondiente y emprendió la tarea encomendada,
que varios años después y tras múltiples vicisitudes dio a luz al actual Instituto de Oftalmología de la Fundación Conde de Valenciana, cuyo patronato presidió el Dr. Graue hasta su muerte y que ahora preside el Sr. Acad. Dr. Enrique Graue Wiechers. El primer director del Instituto lo fue el distinguido académico Dr. Feliciano Palomino Dena.
Así pues, Don Enrique presidió los patronatos de dos de las instituciones más sólidas y prestigiadas de la oftalmología mexicana, donde se han atendido millones de pacientes.
El Dr. Graue recordaba con placer su servicio social en Apaseo el Grande, Gto.; su participación en el leprosario de Zoquiapan, sus servicios gratuitos al H. Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México, y tantas otras fuentes de anécdotas que salpicaban su conversación, haciendo su charla amena e interesante, contribuyendo a darle esa imagen de sencilla bonhomía que le fue característica.
El 27 de septiembre de 1966, Don Enrique fue electo académico de número, iniciando su destacada trayectoria en esta ilustre Academia. En 1986 con ocasión de su promoción a Académico Emérito, se reseñó que había presentado y/o publicado en el seno de nuestra Academia 10 trabajos; había participado en nueve comisiones y ocho Semanas Quirúrgicas Nacionales; fue coautor de siete libros; recibió un pre-mio
en el Concurso Acad. Dr. Gonzalo Castañeda; ocupó cuatro cargos en cuerpos directivos: Tesorero en 1970-1971, Vicepresidente en 1978-1980, cuando fue presidente el Sr. Acad. Dr. Carlos Sáenz Domínguez. El siguiente presidente, el Sr. Acad. Dr. Rafael García Carrizosa, lo nombró miem-bro del Patronato de la Academia. Su sobresaliente trayecto-ria profesional y académica fue reconocida con el "Home-naje
Acad. Dr. Clemente Robles Castillo" el año 2000.
Fue el cuarto presidente del Consejo Mexicano de Oftal-mología y presidente del Capítulo Mexicano del Colegio Internacional de Cirujanos. Perteneció a la Sociedad Mexi-cana de Oftalmología y fue miembro correspondiente de las Sociedades Cubana y Dominicana de la Especialidad. Ade-más de numerosos artículos, publicó un libro de Historia de la Oftalmología en México.
Las metas profesionales, institucionales, asistenciales, docentes y académicas que alcanzó, nunca estorbaron sus relaciones familiares, pues siempre fue la familia su foco de inspiración, el eje de sus actividades y la fuente de sus mayores satisfacciones; era feliz en su casa, donde tenía pavos reales, faisanes y otras aves a las que era aficionado. Con frecuencia decía don Enrique que el mayor acierto de su vida
fue el matrimonio con Doña Virginia Wiechers, en 1948, pues en ella encontró constante amor, apoyo, estímulo, consuelo; amorosa madre de: Virginia, Enrique, Federico, Beatriz, Regina y José, que les han dado 18 nietos.
Don Enrique, supo ser maestro recordado, médico exito-so, cirujano hábil, académico distinguido, amigo dilecto y,sobre todo, hijo devoto, hermano generoso, esposo amoro-so, padre cariñoso y abuelo consentidor.

 

En 1936, el premio Nobel de Química Richard Kuhn analizó las fibras de la imagen guadalupana. Su  conclusión dejó atónitos a todos: en ellas no existe ningún colorante conocido del reino vegetal, animal o mineral; dado que en aquella época no existían los colorantes sintéticos, la imagen es inexplicable.

 

Transcrevo abaixo o artigo de José Luis Calvo “LA TILMA “MILAGROSA” Y EL PENSAMIENTO CRÍTICO”, que condensa as críticas em relação à imagem de Guadalupe: Está na cor verde para diferenciar de meus comentários (azul) e dos textos de pesquisa (preto).

Ya en 1.936, un químico -todo un premio Nobel- había realizado lo que, sin duda, era el primer y último análisis directo de la supuesta pintura de la tilma.” (Pág. 48) Sin embargo, en las páginas siguientes explicará en qué consistió el “análisis directo” que vulneró las más elementales normas del procedimiento científico. Por de pronto, no existió un protocolo que controlara la recogida de muestras para su análisis. Sencillamente, el abad de la basílica regaló al obispo de Saltillo, Felipe Cortés, unos hilos supuestamente procedentes del tejido original. Éste, pasado algún tiempo, le entregó dos hebras al metalúrgico Sodi Pallarés que, por mediación del profesor de alemán Hahn, se las envió al doctor Kuhn. Ni uno sólo de estos pasos tuvo ningún tipo de control, lo que, por sí mismo, desvirtúa cualquier resultado obtenido.

(Essa afirmação carece de lógica e bom senso , pois mesmo que supostamente a amostra analisada não fosse da imagem de Guadalupe, então seria outro milagre (inexplicável), um tecido com uma estampa sem a presença de corantes vegetais, minerais ou animais. O fato em si continua. Alegar que pode ter havido troca de amostras nada muda o resultado da pesquisa. Isso é manifesta crítica gratuita.

O autor comparou a análise feita com o Sudário de Turim dizendo que certos pigmentos só apareciam com o uso de técnicas muito avançadas. Novamente mostra desconhecimento de todo o estudo e pesquisa sobre o sudário de Turim. Como pode haver pigmentos no sudário (com exceção do sangue) se as marcas feitas são de micro queimadura do tecido causadas por um tipo de Luz inexplicável, defendida por vários estudos. É só entrar em vários sites de sindologia para verificar.

 

La conclusión del químico austríaco fue que en los dos hilos entregados no había restos de colorantes vegetales, animales ni minerales, es decir, que no habían sido pintados por ninguna técnica existente en el S XVI. Sorprendente pero menos si tenemos en cuenta que idéntica pretensión existió sobre la Sábana Santa de Turín hasta que se encargó su análisis al doctor McCrone, recientemente fallecido. La experiencia en este caso demostró que los restos de determinados pigmentos sólo aparecían con el uso de técnicas muy avanzadas. Otra irregularidad en el caso del análisis químico es que se citan las conclusiones pero no la metodología del experimento. Los
pro-aparicionistas a los que sigue el Sr. Benítez no explican si se emplearon reactivos químicos (y si así fue, cuáles), microscopía (y si es así, con qué aumentos trabajaron...) o espectografía, lo que, a priori, parece la opción más probable puesto que fue por este motivo por el que se le concedió el Nobel. No obstante, desde esa fecha, la espectrografía ha avanzado lo suficiente como para que sea muy arriesgado el seguir repitiendo unos resultados de unos análisis con una recogida de muestras claramente defectuosa
( mais uma vez o autor apela para o argumento de uma amostra defeituosa..como se isso fosse mudar o resultado da pesquisa feita nessa amostra, e o resultado é: uma imagem sem a presença de corantes de qualquer espécie..) y sin confirmación ulterior por la negativa de la Iglesia Católica a permitir una investigación en profundidad sobre la supuesta tilma *(Não sei julgar se o autor é realmente ignorante a respeito das pesquisas ou se trata de má-fé em seu obsessivo preconceito contra o claríssimo milagre envolvendo vários aspectos da imagem de Guadalupe .A igreja permitiu diversas análises e pesquisas feitas por renomados especialistas como estao descritos no site www.parapsicologiageral.hpg.com.br/nossasenhora e tb em muitos outros sites que tratam deste assunto) Además, como veremos en su momento, las investigaciones realizadas de forma parcial no sólo no apoyan los resultados del austríaco sino que los desmienten por completo.

Por último, o autor do artigo, em sua fanática tentativa de atacar os milagres da imagem de Guadalupe, desmerece a própria pesquisa feita pelo austríaco, um reconhecido premio Nobel de Química. Quanta presunção!!! É só pensar um pouco.....se a imagem é visível  e muito bem visível a olho nú, e estava visível na amostra; então não há o que recorrer a equipamentos de ultima geração de análise e argumentar que naquela época não se tinha a tecnologia de hoje..tirando assim o mérito da pesquisa. Ora, se é visível a olho nu, então tem que se ter algo ou corantes ou pigmentos ou algo que se imprimia no tecido, e com os equipamentos da época é claro que se verificaria isso..... Logo, a pesquisa feita por Richard Kuhn é totalmente válida e merecedora de toda credibilidade.

Así, tras una investigación mediante fotografía infrarroja realizada por Smith y Callagan éstos aseguraron que la Guadalupana había sido repintada y retocada en ocasiones. Por tanto, tienen que existir pigmentos en la tilma salvo que pensemos que las restauraciones fueran también milagrosas. (Mais um raciocínio com base na ignorância dos fatos  ou provido de más intensões: houve restaurações na imagem ao longo dos séculos mas não houve uma repintura na imagem toda, apenas em algumas partes tais como coroa, anjos e pouco mais. A grande maioria da imagem não está retocada e sem a presença de qualquer corante ou pigmento.)

 El intento del Sr. Benítez, siguiendo a los autores antedichos, de conciliar estos hechos, mediante una imagen inicial inexplicable sobre la que se hicieron retoques humanos no resulta creíble ( O autor ignora as pesquisas e se dá a presunção de dizer que elas não merecem crédito. Ele deve ser especialista em que??? Possui um pensamento lógico e científico? E ainda intitula o artigo como “pensamento crítico”....sem comentários..)  em que. Aceptemos, como mero ejercicio teórico, la realidad del prodigio. ¿Qué pintor se hubiera atrevido a poner su pincel a rectificar una imagen celestial? (mais um absurdo: julgar o que pensavam os pintores que retocaram a imagem e anda mais criando um pensamento único de não retocar algo celestial...sem comentários) Porque no se trata solamente de un arreglo de zonas deterioradas sino que, por ejemplo, las manos se acortaron, posiblemente para que parecieran las manos de una mestiza o indígena cuyos dedos son más cortos que los de las representaciones europeas góticas. También se añadieron (según Smith y Callagan), el ángel, la Luna, los bordes dorados del manto, los rayos solares, los adornos de la túnica, los brazaletes... Claro que no sólo se añadió, también se suprimió una corona dorada. (Pág 84-105)

Entre 1954-63, Carlos Rivera sometió el ayate a un minucioso análisis con rayos X, al término del cual concluyó que la imagen no estaba pintada, sino impregnada.

Estos estudios fueron confirmados en 1979, cuando dos científicos de la NASA, P. Callagan y J. Brand Smith, analizaron la imagen con rayos infrarrojos, concluyendo: el ayate carece de preparación alguna; no hay esbozos previos como los que se descubren en muchas obras pictóricas; ni hay pinceladas. La técnica empleada para crear la imagen es absolutamente desconocida. Concluyen que la imagen no tiene explicación posible, salvo algunos retoques y añadidos (como el ángel y la luna a los pies de la Virgen), probablemente con la intención de tapar los desperfectos originados por la inundación de 1629 y preservar los bordes del lienzo.

        En 1983 Mario Rojas y Juan Hernández estudiaron las estrellas que aparecen en el manto de la Virgen, y concluyeron que la disposición de las mismas coincidía con la posición de las estrellas en el firmamento mexicano el 12 de diciembre de 1531 a las 10 y 37' de la mañana, momento del milagro guadalupano.

        Pero lo más asombroso de la imagen se encuentra en sus ojos, donde las técnicas modernas de digitalización fotográfica han permitido encontrar el reflejo diminuto de al menos 13 personas.

Todos los estudios realizados en la tilma mexicana -sobre su conservación, colorido, estampación de la imagen, ojos-, pueden resumirse en una palabra: inexplicable. Fue la palabra de Callagan y Smith en su informe. En efecto, en un primer momento, en 1929, el fotógrafo A. Marcué descubrió el reflejo de un hombre en el ojo derecho de la Guadalupana: ¿cómo podía ser, un “hombre con barba” dentro de los ojos de la Virgen? En 1951 el dibujante Carlos Salinas volvió a apreciar con una lupa la misma figura. Desde entonces, numerosos oftalmólogos examinaron los ojos de la Virgen. Uno de ellos, Javier Torroella, firmó en 1956 el primer certificado médico: se cumplen, como en cualquier ojo vivo, las leyes de Purkinje-Samson, con el triple reflejo de los objetos localizados enfrente de los ojos, y con la distorsión normal de las imágenes por la forma curva de las córneas. Otro oftalmólogo, el doctor Graue, señaló: “Da la sensación de estar viendo un ojo en vivo, y no puede uno no pensar en algo realmente sobrehumano”.

        Pero el estudio más detallado lo ha realizado, desde 1979 y durante 20 años, el profesor J. Aste Tonsmann, a través de la digitalización fotográfica. Sus estudios le han permitido descubrir 13 (!) personajes en los ojos de la Virgen. Entre ellos, se ha identificado a Juan Diego, Zumárraga (muy similar a cómo lo representan los pintores de la época), su intérprete, un hombre que se agarra la barba con su mano derecha, un grupo familiar... Todos ellos, además de repetirse en ambos ojos como lo harían en los de una persona viva, aparecen con detalles minuciosos en unas córneas de pequeñísimo diámetro (7 y 8 mm), lo que descarta la posibilidad de haber sido pintados, máxime en una tela tan burda. Si una obra así es imposible incluso para el hombre de hoy, con mayor razón en 1531. La teoría de Tonsmann es que la Virgen estaba observando la escena; cuando Juan Diego desplegó la tilma, la imagen de María se estampó en el ayate, llevando en sus ojos el reflejo de las personas allí presentes. De esta manera, la Virgen quiso dejarnos una “fotografía” del acontecimiento.

        Algunos estudiosos han señalado el mensaje simbólico que María pudo querer dejarnos: Los hombres y mujeres de todas las razas son iguales ante Dios (aparecen españoles e indios en los ojos de María); la Virgen tiene a la familia en el centro de su mirada (un misterioso grupo familiar aparece en sus pupilas). Por otro lado, como ocurre con la Sábana Santa de Turín, parece que Dios ha querido dejar una prueba especial de la fe a nuestra época cientificista, pues sólo con los medios actuales hemos podido descubrir los misterios encerrados en estas reliquias.

Premio Nobel de Química

De Wikipedia, la enciclopedia libre.

Ver enlace: http://www.nobel.se/chemistry/laureates/index.html

1938 Richard Kuhn

 

SITE: http://es.wikipedia.org/wiki/Premio_Nobel_de_Qu%EDmica

 

http://sun0.mpimf-heidelberg.mpg.de/History/Kuhn2.html

 

Dr. José Aste Tönsmann, MTE Magarita Aste. Quipus, S.A. Citilcún 156, Jardines del Ajusco, Tlalpan 14200, México DF. Telf/fax: 5-645-1214, 017-316-2761. Correo electrónico: quipus@quipus.com.mx   http://www.quipus.com.mx

Necesidades de equipo: Computadora, Cañón o proyector LCD y conexión a Internet.

 

 

http://dragoninvisible.com.ar/contacto/boletin/conta18.htm

 

El primer médico que extendió un informe sobre los ojos de la imagen, fue el oculista Javier Torroella Bueno (es mexicano, nacido en abril de 1923, cirujano especialista en oftalmología, jefe de la Clínica de Propedéutica de la Escuela Nacional de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (1949 – 1952) y de la cátedra de Oftalmología de la UNAM (1953 – 1960), fundador del Instituto Mexicano de Oftalmología Tropical, consultor de la Organización Mundial de la Salud y miembro entre otras prestigiosas sociedades, de la francesa, panamericana y mexicana de Oftalmología).

El histórico acontecimiento tuvo lugar el 27 de marzo de 1956, dos meses después y con fecha 26 de mayo, el citado cirujano enviaba a J. Carlos Salinas Chávez un escrito que resumía así su minucioso análisis:

"Si tomamos una fuente luminosa y la ponemos frente a un ojo veremos que es reflejada por él, el lugar donde se refleja y que nosotros vemos, es la córnea ya que en el ojo sólo se pueden reflejar las imágenes en tres lugares (Imágenes de Samson Purkinje) o sea la cara anterior de la córnea, la cara anterior del cristalino y la cara posterior del mismo.

 

 

Los caracteres de estas imágenes son los siguientes: la imagen de la cara anterior de la córnea es más brillante, es derecha. La segunda imagen, es decir, la de la cara anterior del cristalino también es derecha, pero menos brillante; y la tercera es invertida y poco luminosa. Para poder observar estas dos últimas imágenes es necesario que la pupila esté en midriasis (dilatación anormal de la pupila del ojo) ya que se encuentran atrás del iris.

En la imagen de la Virgen de Guadalupe, motivo de mi estudio, los citados reflejos se encuentran en la córnea.

Si tomamos un pedazo de papel de forma cuadrada y lo ponemos frente a un ojo, nos daremos cuenta de que la córnea no es plana (ni esférica tampoco) ya que se produce una distorsión de la imagen de acuerdo con el lugar donde está reflejando.

Si alejamos este papel, notaremos que aparecen en el lugar contra lateral de otro ojo, es decir, si una imagen se está reflejando en la región temporal del ojo derecho, se reflejará en la región nasal del ojo izquierdo. En las imágenes en cuestión, están perfectamente colocadas de acuerdo con esto, la distorsión de las figuras también concuerda con la curvatura de la córnea.

Extiendo la presente a petición del interesado, para los fines que crea convenientes".

 

También contamos con el informe del otro eminente cirujano mexicano Rafael Torija Lavoignet (nacido en México en octubre de 1931, cirujano, director del hospital Tamaulipas de la ciudad de México, del sanatorio San Miguel y del Ramón Pardo, ambos del Distrito Federal y cirujano del sanatorio Notre Dame de la Capital Mexicana).

"...En la córnea de los ojos se percibe una imagen de un busto humano. La imagen aparece distorsionada y en el mismo sitio que en un ojo normal.

Cuando se dirige la luz del oftalmoscopio a la pupila de un ojo humano, se ve un reflejo luminoso brillante en el círculo externo de la misma. Siguiendo ese reflejo y cambiando las lentes del oftalmoscopio en forma adecuada, se obtiene la imagen del fondo del ojo.

Al dirigir la luz del oftalmoscopio a la pupila del ojo de la imagen de la Virgen, aparece el mismo reflejo luminoso y siguiéndolo, la pupila se ilumina en forma difusa dando la impresión de oquedad.

Este reflejo se aprecia en todos los sentidos en que se dirige la luz; es brillante, viéndose en todas las distancias que alcanza la luz del aparato, y con las distintas lentes del mismo.

Este reflejo es imposible de obtener de una superficie plana y, además, opaca como es dicha pintura.

Después examiné, mediante el oftalmoscopio, los ojos de diversas pinturas al óleo y a la acuarela y en fotografías, y en ninguna de ellas, todas ellas de distintos personajes, no se aprecia reflejo alguno. Por lo contrario, los ojos de la Santísima Virgen de Guadalupe dan la impresión de vitalidad".

Así siguieron expidiéndose alrededor de veinte oftalmólogos y cirujanos en los años siguientes, todos coincidiendo en lo mismo, en la existencia de una imagen humana y en que los ojos parecían de alguien vivo y no de una pintura.

   

El doctor Amado Jorge Kuri en el año 1975, agregó que "los ojos vistos al oftalmoscopio auxiliado con lupa de aumento evidencian una córnea y un iris pintados a la perfección y de una brillantez tal, que causan la impresión del reconocimiento de ojos con vida, en donde es fácilmente tangible a la mirada la sensación de cavidad a través del cristalino. El iris del ojo derecho tiene una forma no totalmente circular, sino que en su extremo lagrimal rompe su redondez por la presencia de una figura humana distorsionada, de color amarillo naranja, en la que puede distinguirse cabeza, cuello, parte superior del tórax y hombro derecho, con el brazo extendido que precisamente éste entra un poco en su situación en el área circular del iris y pegada sobre la porción del cristalino una mancha más luminosa correspondiente al segundo reflejo Prkinje Samson. Más hacia la izquierda, en la porción de lo que pudiera ser la cara posterior del cristalino, se nota una mancha luminosa más pequeña y menos brillante (puede corresponder por su distancia, a las anteriores, al tercer reflejo óptico aludido). En el ojo izquierdo es visible cerca del extremo temporal del iris, una mancha luminosa brillante que puede engarzar en el reflejo luminoso de ese lado.

Los tres reflejos luminosos del ojo derecho, más el del lado izquierdo, guardan una proporción en distancia tan perfecta que encuadran con claridad en los conocidos reflejos de Purkinje-Samson".

Llegados a este punto, y para bien de los que no somos oftalmólogos, vamos a explicar en qué consisten los benditos reflejos de Purkinje-Samson. Estas imágenes son llamadas así en recuerdo de los dos sabios, que por separado y con varios años de diferencia, las descubrieron, Purkinje de Breslau y Samson de París. Se da la curiosa circunstancia de que ninguno de los dos sabía de las investigaciones que estaba llevando a cabo el otro.

Dichas imágenes como vimos, son tres:

 

·        La primera producida en la cara anterior de la córnea.

·        La segunda en la superficie anterior del cristalino.

·        La tercera en la superficie posterior del mismo.

 

Y esto sólo ocurre en ojos vivos, por lo tanto lo que quedó allí estampado en la tilma del indito Juan Diego, no podría ser otra cosa que la imagen de un ser viviente, a lo que debemos sumar los extraños reflejos y la sensación de estar analizando un ojo vivo, que experimentaron los oftalmólogos que tuvieron la suerte de estar cerca de la Señora del Tepeyac.

En tal sentido, Enrique Graue, uno de los especialistas más competentes de América, refiere en su certificado expedido el 9 de enero de 1976, entre otras cosas que "se pudo apreciar en ellos (en los ojos de la imagen de la Virgen de Guadalupe) las imágenes de Purkinje, lo que da una visión y sensación de profundidad del ojo mismo, siendo el reflejo apreciado en las córneas el de una imagen que es apreciable como el busto de un hombre. Todo ello da la sensación de estar viendo un ojo "in vivo", y realmente no puede uno menos que pensar en algo sobrehumano".

Este profesional agrega otros más que interesantes descubrimientos luego de analizar durante días y días la imagen en cuestión:

"Y comprobé varias cosas, a cual más sorprendente. Por ejemplo, las imágenes que aparecen en el ojo derecho están perfectamente enfocadas. Las del izquierdo, en cambio, están desenfocadas. ¿Por qué?, me preguntará usted. Pues muy sencillo: Porque el ojo izquierdo de la Virgen estaba en aquellos instantes un poquito más atrás que el derecho, respecto a la persona o personas que ella estaba contemplando. Esos milímetros o centímetros de diferencia, son más que suficientes como para que el objeto que se observa quede fuera de foco. Y yo le pregunto: ¿A qué pintor se le hubiera ocurrido una cosa así, en el caso de que ese supuesto falsificador hubiera decidido colocar una miniatura en el interior de los ojos de la Señora?

...Pero lo curioso en los reflejos en los ojos de la Virgen de Guadalupe es que se presentan en la cara anterior de la córnea y en el cristalino. ¿A qué pintor se le hubiera ocurrido hacer algo así en el siglo XVI o XVII? Entonces NO se había descubierto la triple imagen de Purkinje – Samson...

...Tomé el oftalmoscopio y lancé el haz de luz al interior del ojo. Y quedé atónito: Aquél ojo tenía y tiene profundidad. ¡Parece un ojo vivo!...

 

 

 

Fíjese hasta que punto le recuerdan a uno los ojos de una persona viva que, en una de aquellas exploraciones, y estando yo con el oftalmoscopio en plena observación, inconscientemente comenté en voz alta, dirigiéndome a la imagen: "POR FAVOR, MIRE UN POQUITO PARA ARRIBA...". Como usted habrá visto, la imagen tiene los ojos ligeramente inclinados hacia abajo y hacia la derecha y yo, ensimismado con aquella luminosidad y profundidad, me olvidé que se trataba de una imagen y le hice aquel comentario, pensando que estaba ante un paciente..."

Luego de escuchar los comentarios de este médico y a fin de que quede bien en claro que no se trata de un improvisado, debemos decir que el doctor Graue es especialista en enfermedades de los ojos, ha sido director del hospital oftalmológico de Nuestra Señor de la Luz y profesor de oftalmología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México.

 

  Una fotografía en blanco y negro de muy buena calidad de la imagen impresa en el ayate de maguey, llegó a las manos del Profesor José Aste Tonsmann, especialista en Ingeniería de Sistemas Ambientales por la Universidad de Cornell (Estados Unidos) y en digitalización de imágenes. Este profesor es peruano y se encontraba en los años 80 en los cuales hizo sus descubrimientos en los ojos de la Virgen, residiendo en México y trabajando para el Centro Científico de IBM en la colonia del Pedregal, en el Distrito Federal.

Este hombre ha descubierto una docena de figuras humanas desconocidas en el interior de los ojos de la Virgen de Guadalupe.

Mediante la digitalización y ampliación en cientos de veces del tamaño de la imagen en cuestión, pudo en primer lugar confirmar que la triple imagen de Purkinje – Samson aparece con gran nitidez en el ojo derecho.

También comprobó que la totalidad de las imágenes aparecen también en el ojo derecho. En el caso de los posibles "Juan Diego", "Juan de Zumárraga" y del llamado "traductor", las computadoras descubrieron que sus figuras son algo más pequeñas en el ojo derecho que en el izquierdo, variando también los grados de luminosidad.

Si la escena aparecía repetida en ambos ojos, el asunto no tiene vuelta de hoja: Aquello no era fruto de la casualidad ni tampoco el capricho interpretativo de un científico.

Se le preguntó a este investigador si alguna de las figuras que detectó no aparecía en ambos ojos, a lo que respondió que sí. Que "la negrita" (de la servidumbre del obispo) hasta hoy ha aparecido en el izquierdo solamente, aclarando que ello se debe quizá a la mancha blanca que existe en el ojo derecho y que corresponde precisamente a la segunda imagen óptica de Purkinje – Samson del "hombre barbudo". Esto último de por sí resulta también apasionante y confirmatorio de que algo muy raro ocurre en esos ojos.

Este científico, formuló la hipótesis de que la Virgen estaba presente en el momento de la estampación, aunque era invisible para los demás. También para Tonsmann y siempre según las figuras encontradas por la computadora, en los ojos de la imagen que aparece en la tilma del indio Juan Diego se presentan dos escenas que no guardan relación aparente entre sí: De un lado, la "escena principal", integrada por seis o siete personajes ("el indio sentado", la cabeza del supuesto fray Juan de Zumárraga y el "traductor", el también supuesto indio Juan Diego, la negrita y el "hombre con barba").

Le segunda "escena" la formarían el llamado "grupo familiar indígena", respecto de la cual el científico no tiene ninguna explicación.

Como vimos, tal vez estemos frente a un verdadero milagro, y por qué no, ante un verdadero autorretrato de la Santa Virgen María.

Este libro a mí me emocionó muchísimo, espero que este comentario sirva de aliciente para comprarlo y leerlo de punta a punta. Realmente vale la pena.

Por último, otra reflexión. El manejo de imágenes por computadora se hizo en los años '80. Hoy en día el scanner que tengo aquí a mi lado es capaz de las ampliaciones que sirvieron de base al estudio de Tonsmann. Me pregunto qué cosas nuevas podríamos descubrir con la tecnología actual, que otras sorpresas nos tiene guardadas Nuestra Señora del Tepeyac...

Así las cosas ¿qué queda de la supuesta efigie milagrosa original? “Por encima de cualquier duda, las fotografías infrarrojas prueban que el azul del manto y el rosa de la túnica son originales y que nunca fueron retocados ni sobrepintados. Es más: han permanecido indemnes al tiempo a pesar de los cuatro siglos y medio transcurridos” (Pág. 104)

Vayamos por partes. ¿Los añadidos son tales o forman parte de la imagen original? Aquí el Sr. Benítez incurre en auto-contradicción con la siguiente descripción que nuestro autor considera como parte del Nican Mopohua y, además, casi contemporánea del supuesto hecho milagroso:

<<Su velo, por fuera, es celeste; sienta bien en su cabeza; para nada cubre su rostro; y cae hasta sus pies, ciñéndose un poco por en medio: tiene toda su franja dorada, que es algo ancha, y estrellas de oro por dondequiera, las cuales son cuarenta y seis.
Su cabeza se inclina hacia la derecha; y encima sobre su velo, está una corona de oro, de figuras ahusadas hacia arriba y anchas hacia abajo.
A sus pies está la luna, y cuyos cuernos ven hacia arriba. Se yergue exactamente en medio de ellos y de igual manera aparece en medio del sol, cuyos rayos la siguen y rodean por todas partes. Son cien los resplandores de oro, unos muy largos, otros pequeñitos y con figuras de llamas: doce circundan su rostro y cabeza; y son por todos cincuenta los que salen de cada lado. Al par de ellos, al final, una nube blanca rodea los bordes de su vestidura. Esta preciosa imagen, con todo lo demás, va corriendo sobre un ángel, que medianamente acaba en la cintura, en cuanto descubre; y nada de él aparece hacia sus pies, como que está metido en la nube.
Acabándose los extremos del ropaje y del velo de la Señora del cielo, que caen muy bien en sus pies, por ambos lados los coge con sus manos el ángel, cuya ropa es de color bermejo, a la que se adhiere un cuello dorado, y cuyas alas desplegadas son de plumas ricas, largas y verdes, y de otras diferentes.>>
(Pág. 34)

Si como pretende en la página 34 ésa fuera la descripción contemporánea de la imagen ¿cómo es que en las páginas 84-105 los elementos originales se convierten es añadidos posteriores? Cualquiera de las explicaciones para esta incoherencia sería perjudicial para el “milagro”, si la descripción del Nican Mopohua fuera errónea, perdería su carácter de testimonio fideligno, algo tanto más grave cuando la historicidad de la Aparición se basa en este texto de forma casi exclusiva. Si, por otra parte, el estudio de Smith y Callagan estuviera mal realizado ya no habría razón para suponer que no estamos ante una pintura .(Mais uma vez , o autor desconhece ou esconde os estudos feitos por P. Callagan y J. Brand Smith: “Estos estudios fueron confirmados en 1979, cuando dos científicos de la NASA, P. Callagan y J. Brand Smith, analizaron la imagen con rayos infrarrojos, concluyendo: el ayate carece de preparación alguna; no hay esbozos previos como los que se descubren en muchas obras pictóricas; ni hay pinceladas. La técnica empleada para crear la imagen es absolutamente desconocida. Concluyen que la imagen no tiene explicación posible, salvo algunos retoques y añadidos (como el ángel y la luna a los pies de la Virgen), probablemente con la intención de tapar los desperfectos originados por la inundación de 1629 y preservar los bordes del lienzo”.) .

El Sr. Benítez intenta salvar ese problema afirmando que: “En resumen, si el documento más antiguo de que disponemos hoy, y en el que se hace ya una exhaustiva descripción de la imagen de la Señora de Guadalupe, se remonta a los años 1545 o 1550, ello quiere decir, lógicamente, que los retoque y añadidos tuvieron que ser ejecutados sobre el original entre estas fechas y 1531, fecha de las apariciones.” (Pág. 112) No obstante, se olvida de que el texto del Nican Mopohua asegura: “...se dibujó en ella y apareció de repente la preciosa imagen de la siempre Virgen Santa María, Madre de Dios, de la manera que está y se guarda hoy en su templo del Tepeyácac, que se nombra Guadalupe.” (Pág. 31) De forma que nuevamente volvemos a encontrarnos con la misma disyuntiva, el texto es erróneo o la equivocación está en el estudio de los norteamericanos. (Nem uma coisa nem outra, foram retoques pintados sobre a imagem original: ”salvo algunos retoques y añadidos (como el ángel y la luna a los pies de la Virgen), probablemente con la intención de tapar los desperfectos originados por la inundación de 1629 y preservar los bordes del lienzo”.)

La verdad, sin embargo, es que no existe tal necesidad de elección. El Sr. Benítez yerra al considerar que esa descripción es parte del Nican Mopohua, error que le viene dado por su consideración de que el Huei Tlamahuicoltica (publicado en 1.649) de Lasso de la Vega es lo mismo que el Nican Mopohua. No es su única equivocación sobre este aspecto. Resulta muy curiosa su afirmación de que: “Tuvieron que pasar algunos años, sin embargo, para que el relato de Valeriano -escrito originalmente en náhuatl- fuera traducido al castellano. El acierto fue obra del bachiller Luis Lasso de la Vega, que lo envió a la imprenta en 1649.” (Pág. 18) En realidad la obra de Lasso de la Vega, como habrán podido deducir fácilmente por el título, está escrita en náhuatl. La traducción al castellano fue obra de otro Luis, Luis Becerra Tanco en 1.666. Aunque el Huei Tlamahuicoltica contenga, por vez primera en una obra impresa, el Nican Mopohua también presenta añadidos de la mano de Lasso de la Vega. La descripción que cita el Sr. Benítez es uno de ellos. Por tanto, lo único que prueba esa descripción es que en torno a 1.649 la imagen ya tenía ese aspecto. (mesma resposta acima)

¿Es posible delimitar un poco más la cuestión de si se produjeron repintes y cuándo? Empecemos por el Nican Mopohua. En él se afirma que la imagen se formó tal y como se conservaba en ese momento. ¿Cuándo fue ese momento? Aunque por cuestiones filológicas se considere que es bastante anterior a la obra de Lasso de la Vega y que fue escrito en el S XVI, la fecha exacta de su composición es un misterio. Aunque los partidarios de su historicidad (por cierto, obviando que es una obra literaria) crean que se redactó en torno a 1.540 eso es imposible por cuanto el supuesto milagro (o aparición) no tuvo lugar hasta 1.555. Así se atestigua en los Anales de Juan Bautista, en el sermón del Padre Bustamante (que considera en 1.556 que la devoción era novedosa) y en la carta del virrey Martín Enríquez. Todos ellos coinciden en que fue en esas fechas cuando comenzó la devoción a la Guadalupana, contradiciendo la afirmación del Nican Mopohua de que tuvo lugar en 1.531 y explicando la paradoja que supone que el testigo del prodigio de la tilma, el obispo Zumárraga, negara en 1.547 que en su propia época se produjeran milagros. El por qué el anónimo escritor de este texto

(aunque se atribuye a Antonio Valeriano no hay pruebas de su autoría) cambió las fechas e introdujo como personaje a Zumárraga (fallecido en 1.548) debe ser entendido bien como una confusión, bien como una ficción literaria. La crítica textual moderna ha encontrado claros paralelismos entre el Nican Mopohua y las narraciones de la aparición de su homónima en Extremadura. Tampoco lo que podríamos llamar “milagro de las flores” es algo desconocido en la hagiografía contemporánea. Un ejemplo de ello, podemos encontrarlo en la vida del franciscano Diego de Alcalá. Tanto es así que algunos investigadores contemporáneos consideran que el Nican Mopohua, aunque fuera escrito por alguien perteneciente a la cultura náhuatl, es una adaptación de un texto en castellano.

No obstante, la inutilidad del Nican Mopohua como fuente dado el número de errores históricos que contiene, no supone que estemos condenados a no poder someter a crítica las afirmaciones de Smith y Callagan tanto las relativas a retoques parciales como las relacionadas con la misteriosa preservación del rostro, el manto y la túnica. Lo primero es innegable.  É impressionante a que ponto chega o fanatismo de condenar algo científico e histórico a tal ponto de mudar a própria história e reinventá-la, deturpando-a totalmente...isso não só é ignorância em todos os aspectos como notável má-fé usando mecanismos ardis para defender uma mentira.

http://www.virgendeguadalupe.org.mx/nican%20mopohua.htm

Alguns documentos históricos europeus: veja muito mais no site acima

DOCUMENTO:

Testamento de Bartolomé López

COMENTARIO:

En la villa de Colima de Nueva España, el 15 de noviembre de 1537 y ante el escribano Juan de la Torre, Bartolomé López, uno de los conquistadores y vecino entonces de la recién fundada villa, otorgó testamento. Las cláusulas 23 y 24 de dicho testamento dicen: "Item: Mando a nuestra Señora de Guadalupe, por mi ánima, cien Misas, e se paguen de mis bienes." "Item: Mando que se diga en la Casa de Nuestra Señora de Guadalupe por mi ánima cien Misas, e se paguen de mis bienes" Al ser dos mandas distintas, es posible que la forzosa se refiera a Nuestra Señora de Guadalupe de Extremadura. Mas la segunda, es muy probable que se refiera a Nuestra Señora de Guadalupe, pero de México. Es pues lógico que se habla de dos diferentes; no habría necesidad de dividir legados si no fuera así, como ya ha argumentado Jesús García Gutiérrez.

El testamento de Bartolomé López fue hallado por José María Rodríguez Castellanos, en 1912, en el Archivo Municipal de Colima. Fue publicado, junto con el testamento de su hermano Antón López, en La Cruz, periódico de Colima, y posteriormente en la revista, publicada en Tulancingo, Democracia Cristiana, hoy extinta. Luego, García Gutiérrez publicó fotografías de las dos citadas cláusulas en La Rosa de Tepeyac, de abril de 1921, junto con otras cláusulas de testamentos de Colima. REPOSITORIO: Actualmente, el original del testamento no se encuentra ni en el Archivo Municipal de Colima (donde había sido encontrado), ni en el Archivo del Estado, que es donde actualmente se encuentra lo que queda de los protocolarios del escribano Juan de la Torre. Es posible que el original se halle perdido para siempre, aunque ha sido denodadamente buscado, en los archivos de la ciudad de Colima y Villa de Álvarez por el Lic. Arturo Rocha, quien reencontró, en 1998, el testamento de Elvira Ramírez. [vid. infra

DOCUMENTO:

Pagarés de María Gómez

COMENTARIO:

El 18 de enero de 1539, María Gómez, mujer de Juan Pérez, difunto, se presentó ante el alcalde Juan Pinzón, alcalde ordinario, y en presencia del escribano de Su Majestad, Diego Hurtado, rindió cuentas de su administración. De aquella comparecencia, destaca lo siguiente: "Iten Por descargo que pagó a la Casa de Nuestra Señora de Guadalupe veinte é cinco pesos de minas dio carta de pago dellos." "Iten que pagó á la Casa de Ntra. Señora de Guadalupe é á su Procurador en su nombre ciento é un pesos de oro de minas dio carta de pago dello…" Este documento fue igualmente encontrado por José María Rodríguez Castellanos, en 1912, y fue por primera vez publicado, aunque parcialmente, por Manuel Garibi Tortolero en "Importantísimos Documentos Guadalupanos del siglo XVI, hasta hoy ignorados", Restauración Social

. Boletín de la Semana Católico Social y Órgano de los Operarios Guadalupanos, nov. (1912), Guadalajara. Jesús García Gutiérrez es del dictamen que el documento, al expresar "Casa de Nuestra Señora de Guadalupe", y al señalar la existencia de un procurador, no puede referirse más que a Casa de Nuestra Señora de Guadalupe de México, pues por entonces no había procurador de la de España, cosa de la que se quejaba en carta Diego de Santa María.

   

REPOSITORIO: El original de este documento, hallado en el Archivo Municipal de Colima, al parecer ya no existe. No se le encuentra ni en el Archivo Municipal ni en el Archivo del Estado de Colima.

  DOCUMENTO:

  Bernal Díaz del Castillo

COMENTARIO: Soldado y amigo de Hernán Cortés, atribuye el triunfo de los conquistadores a "la gracia de la Virgen de Guadalupe" y habla de los milagros del Tepeyac. Hacia 1560, escribe su Historia Verdadera de la Conquista de Nueva España, en la que vierte estos inequívocos testimonios: "Luego manda Cortés a Gonzalo de Sandoval que dejase aquello de Ixtapalapa, e fuese por tierra a poner cerco a otra calzada que va desde México a un pueblo que se dice Tepeaquilla, a donde ahora llaman Nuestra Señora de Guadalupe, donde hace y ha hecho muchos admirables milagros." (cap. 150) "[…] Y miren qué hay de hospitales, y los grandes perdones que tienen, y la santa casa de Nuestra Señora de Guadalupe, que está en lo de Tepeaquilla, donde solía estar asentado el Real de Gonzalo de Sandoval cuando ganamos a México: y miren los santos milagros que ha hecho y hace de cada día, y démosle muchas gracias a Dios y a su bendita madre nuestra señora por ello, que nos dio gracia y ayuda

que ganásemos estas tierras, donde hay tanta cristiandad." (cap. 210) Bernal Díaz del Castillo no estaba en México en 1531, y todo lo que dice acerca de la Virgen de Guadalupe y de "los santos milagros que hace cada día" lo supo en Guatemala (cuya gran distancia con la ciudad de México es de resaltar) y a donde había llegado ya la fama de los milagros de Guadalupe. Su testimonio es tanto más valioso cuanto él no era crédulo en milagros, como lo demuestra en su crónica, donde habla con sorna de algunos que dizque veían a Santiago Apóstol acuchillando indios.

El testimonio de Díaz de Castillo es interesante también porque ofrece, desde un contexto político social, no religioso, noticias sobre el Tepeyac: lo denomina Tepeaquilla, como lo llamaban los españoles para distinguirlo de la poblana Tepeaca; habla, asimismo, de la existencia de una iglesia dedicada a la Virgen de Guadalupe, indicando también al conquistador relacionado con el lugar, Gonzalo de Sandoval. Igualmente refiere que el Tepeyac es un lugar en el que se hacen numerosos milagros.

 

DOCUMENTO:

Actas de Cabildo. 1568 y 1569

COMENTARIO: Estos documentos revelan hasta qué punto llegaba la devoción al Santuario de Guadalupe: los canónicos de Catedral se ausentaban de la misma con tal de ir para allá. Puesto que esto suponía un incumplimiento de sus responsabilidades, en el cabildo se acordó sancionar económicamente a quienes sin permiso se ausentaran del coro. El texto del Acta de Cabildo correspondiente al 14 de septiembre de 1568, dice: "En catorce días del mes de septiembre de mil e quinientos e sesenta ocho años, los muy magníficos y muy reverendos Señores […] tratando en las cosas tocantes al servicio de Dios, Nuestro Señor, pro y utilidad desta santa Iglesia, trataron y mandaron némine discrepante que en lo que toca a la ida de Nuestra Señora de Guadalupe el día de la Natividad de Nuestra Señora que el que hubiere de ir de hoy en adelante, vaya con licencia si la pidiere, y si fuese con el Reverendo Arzobispo vaya con ausencia [sic]"

Otro texto contenido en el mismo Libro 2° de Actas, pero correspondiente al 6 de septiembre de 1569, refiere lo siguiente: Al margen: "Como se ha de ganar presente los que fueren a Nuestra Señora de Guadalupe", y en el cuerpo del texto: "En seis días del mes de septiembre de mil e quinientos e sesenta y nueve años los muy magníficos y muy reverendos señores Deán y Cabildo […] tratando en las cosas tocantes al servicio de Dios Nuestro Señor, pro y utilidad de esta santa Iglesia, se trató por todos los susodichos señores Deán y Cabildo se entiende que los que van día de Nuestra Señora, que después en la octava, si volvieren que no ganen presentes; y que los señores que quedaren en la Iglesia el día que se celebra la fiesta que éstos puedan venir y ganar presentes dentro de la octava de la misma festividad."

REPOSITORIO: El original del 2° Libro de Actas de Cabildo, de donde se han tomado los textos citados, se halla perdido. Sólo existen en el Archivo Histórico de la Catedral de México una copia fotostática de aquel extraviado original. t.

DOCUMENTO:

Testamento de Alonso Hernández de Siles. 1577

COMENTARIO:

Extendido en Sultpec, México, el 9 de abril de 1577, el testamento de Alonso Hernández de Siles, contiene esta cláusula: "XIII. Item. Mando a la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe que está en Tepeaquilla fuera de México, para la obra que se hace, veinte pesos de tepuzque y se paguen de mis bienes."

REPOSITORIO: El original de este documento se encuentra en: ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN (AGN), Ramo: Bienes Nacionales, vol. 391, exp. 16.

DOCUMENTO:

Testamento de Elvira Ramírez

COMENTARIO:

En la lejana Villa de Colima de la Nueva España, Elvira Ramírez, natural de la ciudad de México, dicta su testamento, ante el escribano público Francisco López, el 30 de abril de 1577. Dos cláusulas de dicho documento dicen: "Item, mando que en la ciudad de Méjico, en nuestra Señora de Guadalupe, se digan tres Misas rezadas, la una a la Encarnación y la otra a la Concebicion [sic, Concepción] de Nuestra Señora y la otra al Espíritu Santo, y se pague la limosna acostumbrada. Item, mando que se digan en la misma Casa de Nuestra Señora de Guadalupe, cinco misas rezadas, la una al Bienaventurado [San] Blas e Santo Antonio y las tres Misas por las ánimas del Purgatorio, y se paguen de mis bienes" Este testamento no sólo confirma lo que ya hemos apuntado sobre otros documentos de su clase; es prueba, además de lo extendida que se hallaba

la devoción guadalupana por territorios lejanos de la Nueva España. Si bien no tan antiguo como podrían serlo otros documentos de Colima (como el Testamento de Bartolomé López o los Pagarés de Marísa Gómez, ya vistos), el testamento de Elvira Ramírez es de gran importancia por ser el único de los documentos guadalupanos hallados en Colima que sobrevive en el original.

REPOSITORIO: El original de este testamento, descubierto a principios de siglo por José María Rodríguez Castellanos en el Archivo Municipal de Colima, se hallaba extraviado. Fue recientemente reencontrado por el Lic. Arturo Rocha, el 21 de septiembre de 1998, en el Archivo General del Estado de Colima (AGEC), donde ahora se custodia bajo la clasificación: AGEC, Caja 4, exp. 10: Registro de escrituras públicas ante Francisco López (año 1577), 56 fols. El testamento en sí ocupa sólo 5 folios.

Basta con observar copias antiguas de la imagen (fig. 1) y compararlas con el original actual (fig. 2) para ver que, efectivamente, la Virgen aparecía coronada y que hoy dicha joya ha desaparecido. Incluso se sabe la fecha y el por qué de esta modificación. En enero de 1.887 se comenzó a hablar de la coronación de la Guadalupana. Parte del clero de la Basílica se opuso a esta pretensión porque si la imagen “divina” ya lo estaba ¿qué necesidad había de que fuera coronada por los hombres? (O autor presume que todos os homens na história tem o mesmo pensamento que ele. Ora, é claro que a imagem não precisaria ter uma coroa pintada, mas bem pode ser que os bispos da época querendo enaltecer ainda mais a realeza de Nossa senhora mandassem pintar uma coroa. O que há de contraditório nisso? é presunção demais do autor do artigo. E isso, de nada tira o caráter científico das pesquisas ou o seu resultado. En junio de este mismo año cuando se procedía a efectuar unas fotografías de la imagen se descubrió que la corona había desaparecido. Según confesó en su lecho de muerte el pintor Rafael Aguirre, el autor de la eliminación fue su maestro, José Salomé Pina por encargo del clero que deseaba se celebrara la coronación de la Virgen. Una vez suprimido el obstáculo, el 12 de octubre de 1.895 se procedió a la ceremonia con el visto bueno del papa León XIII. Otros aspectos, como el supuesto añadido de rayos, media luna, ángel... por el contrario no pueden determinarse con tanta claridad como pretenden los norteamericanos que consideran que esas alteraciones se produjeron para paliar los daños sufridos por el lienzo en la inundación de 1.629. No obstante la figura 1 está datada en 1.606 y ya presenta dichos elementos. Si realmente son añadidos tienen que datar de una época más temprana (o autor esquece que são retoques e detalhes (pensavam os antepassados que iriam enaltecer ainda mais a imagem de nossa senhora) e isso não necessariamente precisa ser feito em uma época mais recente...argumento fútil ). Hay que señalar, además, que Smith y Callagan parecen estar incurriendo en un error (mais presunção, provar que é bom...nada), el considerar que las zonas que presentan un deterioro innegable son los añadidos mientras que la que permanece aparentemente incólume es la original. El problema es que ninguna parte de la tilma está libre de pérdidas. Para comprobarlo, basta con comparar la fig. 2 con la fig. 3, una copia realizada por el pintor Correa a finales del s XVII y que llevó su intención de ser fiel al original hasta el punto de que, según su discípulo Cabrera, realizó una reproducción exacta del dibujo empleando un papel aceitado. Como podemos ver, los colores se han ido aclarando en el original mucho más que en la reproducción pese a su menor antigüedad. ( Como pode o autor comparar uma imagem que possui corantes e pigmentos comprovados (réplica), com outra que inexplicavelmente não possui nem corantes nem pigmentos (original).  O autor mais uma vez tem a presunção de saber as “leis naturais” de algo inexplicável pela própria ciência

  Por último, recientemente han salido a la luz pública hechos que demuestran que, si bien los norteamericanos tenían razón en alguna de sus afirmaciones, se equivocaron gravemente en otras. Pronto volveremos sobre el tema.

La ausencia de pigmentos según Kuhn y la imagen intacta e inexplicable (al menos en parte) de Smith y Callagan no son los únicos motivos por los que el Sr. Benítez duda del carácter humano de esta efigie. También cita: “Era casi imposible que una manta de <<hilo>> de maguey -que suele tener una duración máxima de unos veinte años- se hubiera conservado intacta, y con aquella viveza en los colores, después de 450 años...
Allí, en efecto, había algo muy raro.
” (Pág. 53)

SE ROMPE EL SILENCIO

Durante siglos, el cuestionar la autenticidad de la Aparición y del milagroso ayate ha sido la mejor forma de encontrarse con problemas. Desde el padre Bustamante, que tuvo que enfrentarse a una investigación en 1.566 por haber asegurado públicamente que la pintura había sido realizada por el indio Marcos y por dudar de los milagros atribuidos a ella, hasta el padre Sevando Teresa de Mier que después de haber calificado a la historia de la Aparición como “leyenda” estuvo a punto de ser linchado en pleno S XIX. Así no es extraño que Joaquín García Icazbalceta, el más grande de los historiadores mexicanos decimonónicos, se hiciera de rogar cuando el arzobispo de México le pidió, a finales del XIX, que escribiera sobre este tema. Sólo cuando el arzobispo se lo pidió como amigo y se lo ordenó como autoridad religiosa accedió a ello. El resultado fue el más célebre de los alegatos anti-aparicionistas y cuyo contenido, realmente explosivo, D. Joaquín pidió que no se hiciera público aunque finalmente si se dio a la imprenta.

Podríamos pensar que eso era cosa de otros tiempos, pero incluso hoy es una postura incómoda como podría testificar el abad de la basílica de Guadalupe, padre Schulenburg, que después de hacer pública su opinión de que la historia de Juan Diego era una leyenda se vio presionado para que presentara su renuncia. Desde medios pro-aparicionistas exaltados incluso se le llegó a tildar de racista y a decir barbaridades tales como que por su origen alemán despreciaba a los que no eran blancos. El escándalo fue mayúsculo tanto más cuanto que se estaba preparando el ascenso a los altares del indígena.

O autor agora alega perseguições religiosas para quem discordar do caráter histórico da imagem. Qualquer pessoa tem o direito de discordar, mas que aponte provas senão a prova que se constitui é de ignorância.

Abaixo o relato histórico das aparições (em italiano):

NICAN MOPOHUA

(trad. italiana di Claudio Perfetti dal testo spagnolo di P. Mario Rojas)

Qui si racconta,

ordinatamente, il modo in cui poco tempo fa apparve miracolosamente la Perfetta Vergine Santa Maria Madre di Dio, Nostra Regina, là sul colle Tepeyac, conosciuto come Guadalupe.

Dapprima si mostrò ad un indio di nome Juan Diego; e poi la sua Preziosa Immagine apparve davanti a fra' Juan de Zumárraga, fatto vescovo da poco tempo.

1. Dieci anni dopo la conquista della città di México, quando erano ormai già stati deposti gli scudi e le frecce, quando dappertutto regnava la pace nei villaggi,

2. cosi come sbocciò, ora già rinverdisce e apre la sua corolla la conoscenza di Colui per il quale si vive: il vero Dio.

3.In quel tempo, era l'anno 1531, verso i primi giorni del mese di dicembre, accadde che vi era indio, un povero uomo del popolo,

4. il cui nome era Juan Diego, che viveva, secondo quanto si dice, a Cuauhtitlan,

5.e che, riguardo a tutte le cose di Dio, apparteneva in tutto a Tlatilolco.

6. Era un sabato, ancora prima dell'alba, e veniva alla ricerca di Dio e dei suoi comandamenti.

7. Giunto nei pressi del piccolo colle chiamato Tepeyac, cominciava ad albeggiare.

8.Udì cantare in cima al colle, sembrava il canto di molti uccelli preziosi; quando quelle voci cessavano, sembrava quasi che fosse il colle a rispondere; i loro canti, così straordinariamente dolci e deliziosi, oltrepassavano quelli del coyotototl e del tzinitzcan e di altri uccelli rari.

9.Juan Diego si fermò per guardare. Disse tra sé: "Sono forse io degno, merito davvero ciò che sto udendo? Non lo sto forse solo sognando? Non lo sto forse vedendo in dormiveglia?

10.Dove sto? Dove mi trovo? Forse là dove ci hanno tramandato i nostri antenati, i nostri nonni: nella terra dei fiori, nella terra del mais, della nostra carne, del nostro sostegno; forse nella terra celeste?

11.Guardava verso la cima del colle, nella direzione in cui sorge il sole, proprio da dove proveniva il prezioso canto celestiale.

12.E quando improvvisamente il canto cessò, quando non si udì più, allora sentì che lo chiamavano dalla cima del colle, dicendogli: "Juanito, Juan Dieguito".

13.Osò allora dirigersi verso il luogo da dove lo chiamavano; nessun turbamento passava nel suo cuore e niente lo alterava, anzi si sentiva oltremodo felice e contento; cominciò a salire sul colle per vedere da dove lo chiamavano.

14.E quando giunse alla cima del colle, non appena lo vide una Signora che stava proprio lì in piedi,

15.lo chiamò affinché Le si avvicinasse.

16.E non appena fu davanti a Lei, si meravigliò per quanto la sua perfetta grandezza oltrepassasse ogni immaginazione:

17.il suo vestito splendeva come il sole, come se riverberasse,

18.e la pietra, il masso su cui era ritta in piedi, come se lanciasse raggi;

19.lo splendore di Lei simile ad una pietra preziosa, come se fosse un bracciale (ineguagliabilmente bello)

20.la terra sembrava risplendere per i riflessi di un arcobaleno nella nebbia

21.Ed i mezquites e i nopales e le altre erbe che normalmente ivi crescevano sembravano smeraldi. Le foglie sembravano turchesi. E il loro tronco, le spine e i frutti splendevano come l'oro.

22.Si prostrò alla sua presenza. Ascoltò il suo respiro, la sua parola, che era estremamente glorificatrice, sommamente affabile, come di qualcuno che desiderasse attirarlo a sé e lo stimasse molto.

23.Gli disse: "ASCOLTA, MIO PICCOLO FIGLIO AMATISSIMO, JUANITO. DOVE STAI ANDANDO?"

24.Ed egli Le rispose: "Mia Signora, Regina, Fanciulla mia, sto andando alla tua casa di México Tlatilolco, per seguire le cose di Dio che ci danno, che ci offrono coloro che sono le immagini di Nostro Signore: i nostri sacerdoti".

25.Si mette allora a discorrere con lui, rivelan cui mi rispose, mi accorsi chiaramente che pensa che la tua casa che vuoi che ti erigano qui, forse altro non è che una mia invenzione, o forse che non proviene dalle tue labbra;

26. gli dice: "Sappi, sappi con certezza, mio piccolo figlio amatissimo, che io sono la Perfetta Sempre Vergine Santa Maria, Madre del Verissimo Dio per il quale si vive, il Creatore delle persone, il Signore di tutto ciò che ci circonda e ci avvolge, il Padrone del cielo, il Padrone della terra, desidero molto che proprio qui si costruisca la mia piccola casa sacra

27. dalla quale io lo rivelerò, lo esalterò rendendolo manifesto:

28. lo darò alle genti mediante tutto il mio amore personale, il mio sguardo misericordioso, il mio aiuto, la mia salvezza:

29. poiché io sono in verità la vostra madre misericordiosa

30. la tua e quella di tutti gli uomini che su questa terra sono uno solo,

31. e di tutti gli altri popoli che mi amano, che mi invocano, che mi cercano, che in me confidano,

32. poiché da lì ascolterò il loro pianto, la loro tristezza, per guarire, per curare tutte le loro pene, le loro miserie, i loro dolori.

33. E per realizzare ciò che il mio amorevole sguardo pretende, va' al palazzo del vescovo di México, e digli che sono io a mandarti, affinché tu gli manifesti quanto desidero che mi faccia costruire qui una casa, erigere per me un tempio; gli racconterai tutto ciò che hai visto e ammirato, e tutto cio' che hai udito.

34. E sii certo che te ne sarò molto grata e te lo ripagherò,

35. che con tutto questo ti arricchirò, ti glorificherò;

36. e molto meriterai ciò con cui io ti ricompenserò della fatica, del servizio con cui tu ti farai carico di tutto verso colui al quale ti invio.

37. Ora hai ascoltato, figlio mio il più piccolo, il mio respiro, la mia parola; va', fa' ciò che a te spetta".

38. E immediatamente si prostrò alla sua presenza: "Signora mia, Fanciulla , vado subito a realizzare il tuo venerabile respiro, la tua venerabile parola; ed ora mi separo da Te, io, il tuo povero piccolo indio".

39. Scese dunque per venire a mettere in opera il suo compito: venne verso la strada rialzata, viene direttamente a Messico.

40. Non appena giunse all'interno della città, si diresse al palazzo del vescovo, che solo da poco tempo era giunto, sacerdote governante; il suo nome era D. Fra' Juan de Zumárraga, sacerdote di San Francesco.

41. E una volta arrivato cerca subito di vederlo, prega i suoi servitori, i suoi aiutanti, che glielo vadano a dire;

42. dopo che fu passato molto tempo, vennero a chiamarlo, quando il signor vescovo ebbe comandato che entrasse.

43. Appena entrato, si inginocchiò davanti a lui, si prostrò, e poi subito gli rivela, gli racconta il prezioso respiro, la preziosa parola della Regina

del Cielo, il suo messaggio, e gli riferisce anche tutto ciò che aveva ammirato, visto, udito.

44. Ed avendo ascoltato tutto il suo racconto, il suo messaggio, come se non lo ritenesse vero,

45. gli rispose, gli disse: "Figlio mio, torna un'altra volta, ancora con calma ti ascolterò, sempre ancora dal principio vedrò, considererò la ragione per la quale tu sei venuto, la tua volontà, il tuo desiderio".

46. Uscì; se ne andava triste, poiché non si era realizzato subito il suo incarico.

47. Poi verso sera, verso la fine del giorno, tornò, da lì andò diretto al la cima del colle,

48. ed ebbe la gioia di incontrare la Regina del Cielo: proprio lì dove le era apparsa la prima volta, lo stava aspettando.

49. E non appena la vide, davanti a Lei si prostrò, si gettò a terra, le disse:

50. "Mia piccola dolce Padrona, Signora, Regina, Figlia mia la più piccola, Fanciulla mia, sono stato dove mi hai ordinato per realizzare il tuo amabile respiro, la tua amabile parola; anche se sono entrato con difficoltà dove è il luogo del sacerdote governante, l'ho visto, davanti a lui ho esposto il tuo respiro, la tua parola, come mi hai comandato.

51. Mi ricevette amabilmente ed ascoltò tutto perfettamente, ma, per come mi rispose, è come se non l'avesse capito, non crede che sia vero.

52. Mi disse: "Torna un'altra volta; ti riascolterò con calma, ancora perbene dal principio vedrò perché sei venuto, il tuo desiderio, la tua volontà".

53. Dal modo in cui mi rispose, mi accorsi chiaramente che pensa che la tua casa che vuoi che ti erigano qui, forse altro non è che una mia invenzione, o forse che non proviene dalle tue labbra;

54.molto ti supplico, Signora mia, Regina, Fanciulla mia, che tu incarichi piuttosto qualcuno dei nobili, stimati, che sia conosciuto, rispettato, onorato, di portare, di riferire il tuo amabile respiro, la tua amabile parola affinché le credano.

55.Poiché in verità io sono un uomo del campo, sono mecapal, sono parihuela, sono coda, sono ala; sono io stesso ad aver bisogno d'essere condotto, portato a braccia, non è per me l'andare o l'intrattenermi là dove tu mi invii, mia piccola Vergine, Figlia mia la più piccola, Signora, Bambina;

56.dispènsami, per favore: affliggerò di pena il tuo volto, il tuo cuore; finirò per cadere nella tua rabbia, nel tuo dispiacere, Signora Padrona mia".

57.Così le rispose la perfetta Vergine, degna di onore e venerazione:

58."Ascolta, figlio mio il più piccolo, sappi con certezza che non sono scarsi i miei servitori, i miei messaggeri, ai quali incaricai di portare il mio respiro, la mia parola, affinché compiano la mia volontà;

59.è però molto necessario che tu, personalmente, vada, preghi che per la tua intercessione si realizzi, si compia il mio volere, la mia volontà.

60.E molto ti prego, figlio mio il più piccolo, e con rigore ti comando, di tornare dal vesovo un'altra volta domani.

61.E da parte mia fagli sapere, fagli udire il mio volere, la mia volontà, affinché realizzi, costruisca il mio tempio che gli chiedo.

62.E nuovamente, con cura, digli in che modo io, personalmente, la sempre vergine Santa Maria, io, che sono la Madre di Dio, ti mando".

63.Juan Diego, da parte sua, le rispose, le disse: "Signora mia, Regina, Bimba mia, non voglio angustiare con pena il tuo volto, il tuo cuore; con grande piacere realizzerò il tuo respiro, la tua parola; in nessun modo tralascerò di farlo, né giudico fastidioso il cammino.

64.Andrò a compiere la tua volontà, ma forse non sarò ascoltato, o anche se lo fossi forse non sarò creduto.

65.Domani verso sera, quando ormai cala il sole, tornerò per riportare alla tua parola, al tuo respiro, ciò che mi risponderà il sacerdote governante.

66.Ora Ti saluto rispottosamente, Figlia mia la più piccola, Fanciulla, Signora, Bambina mia, riposa ancora un po'.

67.Poi anche lui andò a casa sua a riposare.

68.Il giorno seguente, domenica, quando era ancora notte, tutto era ancora scuro, uscì da lì, dalla sua casa, venne diretto a Tlatilolco, venne per imparare ciò che appartiene a Dio e a mettersi in fila; per poi vedere il signor vescovo.

69.E verso le dieci era già tutto pronto: aveva ascoltato la messa, aveva fatto la fila e la folla si era dispersa.

70.E Juan Diego si diresse quindi al palazzo del signor vescovo.

71.E appena arrivò, fece quasi a lotta per vederlo, e con grande fatica lo vide un'altra volta;

72.s'inginocchiò ai suoi piedi, diventò triste nel parlargli, nel rivelargli la parola, il respiro della Regina del Cielo,

73.nella speranza che fosse creduta l'ambasciata, la volontà della Perfetta Vergine, di costruirle, di erigerle la sua piccola casa sacra, lì dove aveva detto, lì dove la voleva.

74.E il vescovo governante moltissime cose gli chiese, lo interrogò, per potersi accertare dove l'eavesse vista, come Ella fosse; assolutamente tutto raccontò al signor vescovo.

75.Ma anche se egli assolutamente tutto gli riferì, ed in ogni cosa vide, ammirò che appariva con tutta evidenza che Ella era la Perfetta Vergine, l'Amabile, la Meravigliosa Madre del Nostro Salvatore Nostro Signore Gesucristo,

76.tuttavia, ancora non si poté realizzare

77.Disse che non solo mediante la sua parola, la sua petizione, si sarebbe compiuto, realizzato ciò che egli chiedeva,

78.ma che era assolutamente necessario qualche altro segno perché si potesse credere che a inviarlo era la Regina del Cielo in persona.

79.Non appena Juan Diego ebbe udito ciò, disse al vescovo:

80."Signor governante, rifletti su quale segno vuoi, perché io poi andrò a chiederlo alla Regina del Cielo che mi ha mandato".

81.Ed avendo il vescovo constatato che confermava, che in nulla vacillava o dubitava, allora lo licenzia.

82.E non appena è fuori, comanda ad alcuni della sua casa nei quali riponeva assoluta fiducia, che lo seguissero, che osservassero attentamente dove andava, chi vedeva, con chi parlava.

83.E così fu fatto. E Juan Diego venne diretto. Percorse la strada rialzata.

84.E coloro che lo seguivano, prima d'arrivare al Tepeyac, all'altezza del ponte di legno, finirono per perderlo. E benché lo cercassero dappertutto, non riuscirono più a vederlo da nessuna parte.

85.E così tornarono indietro. Non solo perché ne rimasero molto infastiditi, ma anche perché li aveva ostacolati nel loro intento, li fece arrabbiare.

86.Andarono cosi a raccontare al signor vescovo, gli misero in testa di non credergli, gli dissero di come gli raccontasse solo menzogne, che non faceva che inventare ciò che veniva a dirgli, o che solo sognava o immaginava ciò che gli diceva, ciò che gli chiedeva.

87.E decisero dunque che, se un'altra volta fosse venuto, fosse tornato, lì stesso lo avrebbero afferrato e duramente castigato, affinché non tornasse a dire bugie, né a svegliare all'alba la gente.

88.Nel frattempo, Juan Diego stava con la Santissima Vergine, riferendole la risposta data dal signor vescovo;

89.come la Signora la ebbe ascoltata, gli disse:

90."Va bene, piccolo figlio mio, tornerai qui domani per portare al vescovo il segno che ti ha chiesto;

91.con quello ti crederà, e non avrà più dubbi su nulla, né sospetterà più di te;

92.e sappi, piccolo figlio mio, che io ti ricompenserò per l'attenzione e il lavoro e la fatica che per me hai affrontato;

93.ora va', ché domani ti aspetto qui".

94.Ma il giorno seguente, lunedì, quando Juan Diego doveva portare il segno per essere creduto, non tornò.

95.Giunto a casa, infatti, un suo zio, di nome Juan Bernardino, era caduto ammalato, era molto grave.

96.Andò anche a chiamare un medico, fece anche qualcosa per lui, ma non c'era più tempo, era ormai molto grave.

97.E quando sopraggiunse la notte, suo zio lo pregò che all'alba, quando fosse ancora scuro, uscisse, venisse a chiamare a Tlatilolco qualche sacerdote che andasse a confessarlo, a prepararlo,

98.poiché era sicuro che fosse ormai il tempo, il luogo, per morire, e che ormai non si sarebbe più alzato, né guarito.

99.E il martedì, quando la notte era ancora alta, Juan Diego uscì dalla sua casa per venire a chiamare il sacerdote a Tlatilolco;

100.e quando finalmente giunse sul fianco del colle col quale termina la sierra, ai suoi piedi, là dove comincia il sentiero, dalla parte in cui il sole tramonta, dove prima era salito, disse:

101."Se vado diritto per il sentiero, questa Signora potrebbe vedermi e certamente, come è stato, mi tratterrà affinché io porti il segno al governante ecclesiastico, come mi aveva comandato;

102.ma prima deve abbandonarci la tribolazione; debbo prima chiamareil sacerdote religioso, mio zio non fa che aspettarlo".

103.Fece quindi il giro del colle, lo salì in un punto intermedio per uscire sul versante orientale, per raggiungere rapidamente México, per non essere trattenuto dalla Regina del Cielo.

104.Pensa che facendo quel tratto non lo potrà vedere colei che osserva perfettamente ogni luogo.

105.La vide non appena prese a scendere da sopra il colle, e che da lì l'aveva sempre osservato, da dove prima lo vedeva.

106.Gli venne incontro sul fianco del colle, venne a tagliargli la strada; gli disse:

107."Che accade, il più piccolo dei miei figli? Dove vai, dove sei diretto?";

108.E lui, forse si dette pena o forse provò vergogna? O forse si spaventò, divenne timoroso?

109.Alla sua presenza si prostrò, la salutò, le disse:

110."Fanciulla mia, Figlia mia la più piccola, Bambina mia, spero che tu sia contenta; come ti sei svegliata? Sta bene il tuo amato corpicino, Signora mia, Bambina mia?

111.Con pena angustierò il tuo volto, il tuo cuore: ti faccio sapere, Fanciulla mia, che un tuo servitore, mio zio, è gravemente ammalato.

112.Una grave malattia lo ha colpito, certamente ne morirà presto.

113.E voglio andare in fretta alla tua piccola casa di México, per chiamare qualcuno degli amati di Nostro Signore, dei nostri sacerdoti, affinché vada a confessarlo e a prepararlo,

114.poiché in realtà è per questo che siamo nati, noi che veniamo ad aspettare il travaglio della nostra morte.

115.Ma, se vado a farlo, poi tornerò qui di nuovo per andare a portare il tuo respiro, la tua parola, Signora, Fanciulla mia.

116.Ti prego di perdonarmi, abbi con me ancora un po' di pazienza, poiché non ti sto ingannando, Figlia mia la più piccola, Bambina mia, domani senz'altro verrò in tutta fretta".

117.Non appena ebbe ascoltato le ragioni di Juan Diego, la Misericordiosa Perfetta Vergine gli rispose:

118."ascolta, riponilo nel tuo cuore, figlio mio il più piccolo, non è nulla ciò che ti ha spaventato, che ti ha afflitto, non si turbi il tuo volto, il tuo cuore: non temere per questa malattia né per alcun'altra infermità, né per altre cose critiche, dolorose.

119.Non sto forse qui io, che sono tua madre? Non stai sotto la mia ombra e la mia protezione? Non sono io la fonte della tua gioia? Non stai nel cavo del mio mantello, nella croce delle mie braccia? Di cos'altro hai bisogno?

120.Che nessun'altra cosa ti affligga, ti turbi; che non ti dia pena la malattia di tuo zio, perché non ne morirà per adesso. Sii certo che sta già bene".

121.(E proprio in quel momento, come si seppe poi, suo zio guarì).

122.E Juan Diego, udita l'amorevole parola, l'amorevole respiro della Regina del Cielo, se ne consolò moltissimo, il suo cuore si colmò di pace,

123.e la supplicò di mandarlo subito a vedere il vescovo governatore, per portargli un segno, una prova, affinché credesse.

124.La Regina Celeste gli ordinò allora di salire fin sulla cima del colle, dove l'aveva vista precedentemente;

125.gli disse: "Sali, Figlio mio il più piccolo, sulla cima del colle, dove mi hai visto e di detti degli ordini;

126.lì vedrai che vi sono molti diversi fiori: tagliali, riuniscili, mettili tutti insieme; poi, ritorna quaggiù; portali qui, alla mia presenza".

127.E Juan Diego salì dunque sul colle,

128.e quando raggiunse la sommità, rimase stupito per quanto erano fioriti, aperte le loro corolle, i fiori più svariati, graziosi e belli, pur non essendo ancora il loro tempo:

129.poiché in verità in quella stagione il gelo ancora imperava;

130.andavano diffondendo un odore soavissimo; come perle preziose, come irrorati di rugiada notturna.

131.Cominciò allora a tagliarli, li unì tutti assieme, li ripose nel cavo del suo mantello.

132.E' certo che la cima del colle non era un luogo in cui potessero crescere fiori, vi abbondano solo sassi, cardi selvativi, spine, cactus, mezquite,

133.e anche se a volte vi potevano crescere delle pianticelle, allora era dicembre, quando il gelo tutto mangia, tutto distrugge.

134.E poi ridiscese, portando alla Bambina Celeste i vari fiori che era andato a tagliare,

135.e quando li vide, col le sue venerabili mani li prese;

136.poi nuovamente li tornò a deporre del cavo del suo mantello e gli disse:

137."Figlio mio il più piccolo, questi diversi fiori sono la prova, il segno che porterai al vescovo;

138.da parte mia gli dirai che veda in essi il mio desiderio e che pertanto realizzi il mio volere, la mia volontà.

139.E tu..., tu che sei il mio messaggero..., in te è assolutamente riposta la mia fiducia;

140.e molto ti ordino, con fermezza, che sia tu da solo alla presenza del vescovo ad aprire il tuo mantello e a mostrargli ciò che vi porti.

141.E gli racconterai tutto puntualmente, gli dirai che ti ho ordinato di andare in cima al colle a tagliare i fiori, e tutto ciò che hai visto e ammirato,

142.affinché tu possa convincere il sacerdote governante, affinché faccia ciò che deve fare, si eriga il mio tempio che gli ho chiesto".

143.E non appena gli dette quell'ordine la Celeste Regina, venne a prendere la strada rialzata, viene diretto a México, ora viene contento.

144.Il suo cuore ormai è tranquillo, poiché porterà a termine la sua missione, la realizzerà perfettamente.

145.Sta molto attento a ciò che porta nel cavo del mantello, che nulla possa disperdersi;

146.viene gustandosi l'aroma dei diversi preziosi fiori.

147.Una volta giunto al palazzo del vescovo, gli andarono incontro il portinaio e gli altri servitori del sacerdote governante,

148.e li supplicò di dirgli quanto desiderasse vederlo, ma nessuno volle, fingevano di non capirlo, o forse perché era ancora molto buio,

149.o forse perché già lo sapevano che non faceva altro che molestrarli, importunarli,

150.e già era stato loro riferito da quei compagni che lo persero di vista quando lo avevavo seguito.

151.Per un lunghissimo tempo rimase ad aspettare soddisfazione.

152.E quando videro che per lunghissimo tempo se ne stette lì, in piedi, il capo chino, senza far nulla, aspettando d'essere chiamato, e che portava qualcosa, lo portava nel cavo del suo mantello; dopo un po' gli si avvicinarono per vedere cosa portasse e per togliersi la curiosità.

153.E quando Juan Diego si rese conto che non poteva in alcun modo nascondere loro ciò che portava e che per questo lo avrebbero potuto molestare, spintonare o forse strattonare, fece in modo da mostrare appena che si trattava di fiori.

154.E quando s'accorsero che erano fiori delicati, vari, e che non si era ancora in tempo di fioritura, li ammirarono tantissimo, per quanto erano sbocciate le loro corolle, quanto erano profumati, quanto sembravano belli.

155.E vollero prenderne e strappargliene alcuni;

156.per tre volte cercarono di prenderglieli, ma in nessun modo vi riuscirono,

157.perché, quando cercavano di farlo, essi non vedevano più i fiori, ma questi apparivano come fossero dipinti, o ricamati, o cuciti sul mantello.

158.Andarono subito a riferire al vescovo governante ciò che avevano visto,

159.quanto desiderasse entrare a vederlo l'indio che già altre volte era venuto, e che ormai da moltissimo tempo se ne stava lì aspettando il permesso, perché desiderava vederlo.

160.E il vescovo governante, udito ciò, si rese conto che era quella la prova per convincerlo, per compiere ciò che quell'uomo sollecitava.

161.Subito ordinò di farlo entrare.

162.E una volta entrato, alla sua presenza si prostrò, come aveva già fatto precedentemente.

163.E raccontò di nuovo ciò che aveva visto, ammirato, e il suo messaggio.

164.Gli disse: "Signore mio, governante, ho fatto, ho compiuto ciò che mi hai ordinato;

165.sono andato a dire alla Signora mia Padrona, Bambina Celeste, Santa Maria, Amata Madre di Dio, che chiedevi una prova per potermi credere, che tu le facessi la sua piccola casa sacra, là dove ti chiedeva di edificarla;

166.e le dissi anche che ti avevo dato la mia parola di portarti un segno, una prova della vua volontà, come tu mi incaricasti.

167.E ascoltò bene il tuo respiro, la tua parola, e ricevette benevolmente la tua richiesta del segno, dellaprova, affinché si faccia, di realizzi la sua amata volontà.

168.E così, quando era ancora notte, mi comandò di venire a vederti un'altra volta;

169.e le chiesi la prova per essere creduto, come mi aveva detto che avrebbe fatto, e subito lo fece.

170.E mi inviò sulla cima del colle, là dove io l'avevo vista prima, affinché ivi tagliassi diverse rose di Castiglia.

171.E dopo averle tagliate, gliele riportai laggiù;

172.e con le sue sante mani le prese,

173.di nuovo nel cavo del mio mantello le ripose,

174.affinché venissi a portartele, a te personalmente le dessi.

175.Benché sapessi bene che la cima del colle non è un luogo adatto per i fiori, poiché vi è solo abbondanza di sassi, cardi selavatici, arbusti, cactus, mezquite, non per questo dubitai, non per questo vacillai.

176.Quando fui giunto sulla cima del colle vidi che era già il paradiso.

177.Lì trovai, perfetti, tutti i diversi fiori preziosi, quanto di più fine ci possa essere, pieni di rugiada, splendenti, cosicché poi mi misi a tagliarli;

178.e mi disse che da parte sua te li dessi, e che così io avrei provato e tu avresti visto il segno che le chiedevi per realizzare la sua amata volontà;

179.e affinché appaia che è verità la mia parola, il mio messaggio,

180.eccoli qui, fammi il favore di riceverli".

181.E stese quindi il suo bianco mantello, dentro il quale aveva riposto i fiori.

182.E non appena caddero a terra tutti i vari fiori preziosi,

183.lì si trasformò in segno, apparve all'improvviso l'Amata Immagine della Perfetta Vergine Santa Maria, Madre di Dio, nella forma e nella figura in cui oggi sta,

184.e dove è ora conservata nella sua piccola amata casa, nella sua piccola casa sacra sul Tepeyac, che si chiama Guadalupe.

185.E appena la videro il vescovo governante e tutti quelli che stavano lì, si inginocchiarono e molto la ammirarono,

186.si alzarono in piedi per vederla, si rattristarono, si afflissero, sospeso il cuore, la mente...

187.E il vescovo governante nel pianto, con tristezza, lo pregò, gli chiese perdono per non aver compiuto la sua volontà, il suo venerabile respiro, la sua venerabile parola,

188.e quando di alzò, sciolse dal collo attorno al quale era legato l'indumento, il mantello di Juan Diego

189.sul quale la Regina Celeste era apparsa, s'era trasformata in segno;

190.e poi la portò, l'andò a collocare là, nel suo oratorio.

191.E Juan Diego passò ancora un giorno lì, nella casa del vescovo, che lo trattenne ancora.

192.E il giorno appresso gli disse: "Va', andiamo e mostrami dove la Regina del Cielo vuole che le costruiscano il suo tempio".

193.Subito fu invitata gente per farlo, erigerlo.

194.E Juan Diego, appena ebbe mostrato dove la Signora del Cielo aveva comandato che le si erigesse la sua piccola casa sacra, chiese il permesso:

195.voleva recarsi a casa sua per andare a vedere suo zio Juan Bernardino, che era gravemente ammalato quando l'aveva lasciato per andare a chiamare un sacerdote a Tlatilolco affinché lo confessasse e lo preparasse, e che la Regina del Cielo aveva detto d'avere già guarito.

196.Ma non lo lasciarono andar via da solo, lo accompagnarono alla sua casa.

197.E quando arrivarono, videro che suo zio era davvero guarito, assolutamente più nulla lo angustiava.

198.E questi, da parte sua, si meravigliò molto della forma in cui suo nipote era accompagnato e molto onorato;

199.chiese al nipote perché ciò accadesse, perché lo onoravano tanto;

200.E gli raccontò che quando lo aveva lasciato per andare a chiamargli un sacerdote che lo confessasse, lo preparasse, là sul Tepeyac gli era apparsa la Signora del Cielo;

201.e lo aveva inviato a México dal vescovo governante, affinché gli facesse una casa sul Tepeyac.

202.E gli aveva detto di non affliggersi, ché suo zio ormai stava bene, e ciò l'aveva consolato molto.

203.Suo zio gli disse che era certo che proprio in quel momento fu guarito,

204.e l'aveva vista esattamente nella stessa forma in cui era apparsa a suo nipote,

205.gli disse che anche lui era stato mandato a México a vedere il vescovo;

206.e che anche lui, quando l'avesse visto, doveva riferirgli assolutamente tutto, raccontandogli ciò che aveva visto

207.e il modo meraviglioso in cui era stato guarito,

208.e che avrebbe dovuto chiamare, invocare la sua Amata Immagine proprio così: La Perfetta Vergine Santa Maria di Guadalupe.

209.Condussero quindi Juan Bernardino alla presenza del vescovo governante, lo portarono a parlare da lui affinché desse testimonianza,

210.e insieme a suo nipote Juan Diego, il vescovo li ospitò a casa sua alcuni giorni,

211.mentre si costruiva la piccola casa sacra della Bambina Regina là sul Tepeyac, dove si fece vedere da Juan Diego.

212.E il signor vescovo trasferì nella Chiesa Maggiore l'amata Immagine dell'Amata Bambina Celeste.

213.Andò a prelevare l'amata Immagine dal suo palazzo, dal suo oratorio in cui stava, affinché tutti la vedessero e l'ammirassero.

214.E proprio tutta questa città, nessuno escluso, si commosse quando venne a vedere, ad ammirare la sua preziosa Immagine.

215.Venivano a riconoscere il suo carattere divino.

216.Venivano a presentarle le loro preghiere.

217.Molti restarono ammirati per la maniera miracolosa in cui era apparsa,

218.poiché assolutamente nessun uomo della terra dipinse la sua amata Immagine.

Indice dei versetti

Introduzione 1, 2,
Prima apparizione 3, 25
Madre del verissimo Dio 26, 28
Madre misericordiosa di tutti gli uomini 29,br> Seconda apparizione 46, 67
Secondo incontro con Zumarraga 68, 87
Terza apparizione 88, 98
Quarta apparizione 99, 121
I fiori 122, 146
Terzo incontro con Zumarraga 147, 181
L'immagine sulla tilma 182, 197

 

FUENTE : http://www.interlupe.com.mx

  La polémica, sin embargo, ha tenido un aspecto positivo. Se ha prestado mayor atención a todo lo relacionado con la efigie y, como fruto de ello, se han hecho públicas informaciones que hasta el momento habían permanecido ocultas. Citaremos tres de ellas publicadas en el semanario mexicano El Proceso por Rodrigo Vera, un periodista experto (?) en el tema del guadalupanismo:

En 1.947 y 1.973 la pintura de la Virgen fue restaurada por D. José Antonio Flores Gómez.
En la entrevista (“Un restaurador de la guadalupana expone detalles técnicos que desmitifican la imagen.”
Por Rodrigo Vera. El Proceso nº 1.343) afirma: “Una restauración implica pintar las partes dañadas, no toda la imagen, porque eso es ya una repintada, que es otra cosa. De manera que le metí mano a una parte de la túnica. Pero no a las estrellas estampadas en ella porque ya estaban repintadas.” Para la restauración usó pinturas “De agua. Era obligado. Tenía que ser de las disueltas en agua y no en aceite porque son de las que se usaron originalmente. De ahí que se hayan desprendido tan fácilmente.” “Descubrí que la tela no es de ixtle, como se dice, pues el ixtle tiene una trama muy tosca, muy rústica, con un cordel muy grueso. En cambio, la imagen Guadalupana está pintada sobre una trama muy fina, como la que se saca del algodón.” “Antes de mí, otros restauradores ya le habían dado retoques a la imagen. Eso lo noté desde la primera vez que intervine. Y estoy seguro de que otros intervinieron después de mí.

(Além de não encontrar em parte alguma a veracidade dessas “restaurações” feitas por José Antonio Flores Gómez, essa afirmação de nada tira o caráter científico de pesquisas sérias tais como científicos de la NASA, P. Callagan y J. Brand Smith, e premio Nobel de Química Richard Kuhn)

En 1.982 D. José Sol Rosales realizó un estudio técnico de la pintura a petición del abad Schulenburg que estaba preocupado por el evidente deterioro que sufría la imagen. El contenido del informe que elaboró (“El análisis que ocultó el Vaticano.” Por Rodrigo Vera. El Proceso nº 1.333) es: La imagen está pintada “sobre una tela de lino y cáñamo” “Tradicionalmente se ha dicho que esta obra está ejecutada sobre el lienzo desnudo; esto es totalmente falso, pues es evidente al examen ocular la presencia de una preparación de color blanco, de un grosor que podría considerarse medio y aplicada irregularmente.” “La pintura es la ejecutada usando diversas variantes de la técnica modernamente conocida como temple; una de ellas, la usada en manto y ropaje, fue empleada en el S XVI con el nombre de aguazo, deriva de las técnicas en la pintura de las llamadas sargas y presupone el realizar la pintura sobre el lienzo humedecido ligeramente para facilitar la fijación del color.” “El negro seguramente es un negro de humo usado tradicionalmente en todas las épocas... El blanco es, con toda seguridad, sulfato de calcio... Los pigmentos azul y verde son, con mucha probabilidad, óxidos básicos de cobre... Las tierras son óxidos de hierro... Como pigmentos rojos, además del óxido de hierro rojo, se usaba el bermellón, compuesto de azufre y mercurio, y el carmín de la cochinilla mexicana.” “Con un examen ocular, auxiliado de luz rasante y con luces ultravioletas, se detectan diversas áreas de repintes en zonas importantes... También se detectan repintes en el fondo, manto y a lo largo de la unión de los lienzos.” De todo ello, se informó al Vaticano y más concretamente al cardenal Sodano. (“Manos humanas pintaron la guadalupana.” Por Rodrigo Vera. El Proceso nº 1.332) En una de sus cartas, el abad Schulenbur aseguró: “... y nos dimos perfecta cuenta de que reunía todas las características de una pintura hecha por mano humana, con el deterioro propio de la antigüedad de la imagen misma. Dicho examen crítico lo enviamos a esa sede apostólica como un signo de honestidad y de amor a la verdad.” “El consultor histórico del Vaticano ni siquiera mandó analizar la imagen de la guadalupana para comprobar que, efectivamente, fue hecha por un pintor del S XVI y no producto de un milagro.

(A igreja está sempre disposta e aberta a pesquisas científicas para diferenciar falsos de verdadeiros milagres, e mais uma vez essa “pesquisa ocular (?)” de José Sol Rosales carece de qualquer procedimento científico pois encontramos apenas uma entrevista e nada de análises, exames, fotos e contra-provas.

 

En 1.999, el cardenal Rivera Carrera, arzobispo de México y destacado pro-aparicionista, le pidió al microbiólogo Leoncio Garza-Valdés (conocido por su errónea impugnación de la datación por C14 de Santo Sudario de Turín falseada ( o autor agora demonstra extremo desconhecimento sobre o teste de carbono 14 realizado no sudário: http://www.parapsicologiageral.hpg.ig.com.br/santosudario.htm), según él, por la existencia de microorganismos en las muestras) que realizara una investigación sobre el lienzo. Según D. Leoncio (“La guadalupana: tres imágenes en una.” Por Rodrigo Vera. El Proceso nº 1.334) empleando técnicas de fotografías con luz ultravioleta e infrarroja con material mucho más moderno que el de Smith y Callahan, descubrió que hay tres imágenes superpuestas, una primera completamente diferente a la actual con un niño Jesús desnudo en brazos e idéntica a un relieve en madera situado en el monasterio de Guadalupe en Extremadura. Está fechada (la pintura) en 1.556 y firmada con las iniciales M.A. ¿Marcos Aquino? La segunda es muy similar a la actual, pero con el rostro con rasgos más indígenas. La tercera es la que conocemos.
No obstante, hay que hacer notar que sus dos acompañantes en la investigación, el Dr. Guilberto Aguirre y el fotógrafo Lester Rosebrook se desmarcaron de esas conclusiones en el artículo “Test of faith” John MacCormack. San Antonio Express-News de 2 de junio del 2002.
El Dr. Aguirre aseguró: “Dr. Garza-Valdes and I have the same images, but our conclusions are entirely different. I can´t find anyone who agrees with Dr. Garza-Valdes.” “Secondly, he claims to not only see two other paintings, but a nude baby Jesus in the arms of the Virgin, as well as the initials M.A. and the date 1556. I have studied these photos, but I do not see these things.( o próprio autor agora responde por mim e ele próprio derruba por terra seus próprios argumentos....”os dois acompanhantes na investigação afirmaram: Eu estudei essas fotos, mas não vejo essas coisas.")...ainda é necessário algum comentário?

Como pueden ver, independientemente de que nuevas investigaciones confirmen o no los aspectos más “espectaculares” de la investigación de Garza-Valdés (y, considerando que desde un principio reconoció que su interés por investigar la guadalupana residía en que la editorial Doubleday le había propuesto escribir un libro sobre este tema, me atrevo a sugerir que no se confirmarán nunca) aún así han quedado bastante claros algunos aspectos que contradicen las afirmaciones contenidas en el libro del Sr. Benítez. La imagen es una pintura, realizada en un soporte de lino y cáñamo, con el uso de las técnicas y los pigmentos conocidos en el S XVI. Su estado de conservación no es bueno pese a haberse realizado distintas restauraciones y repintes que afectaron también a la zona que supuestamente estaba libre de ellos. Los “añadidos” no son identificados como tales por los restauradores. Con todo ello, las pretensiones de sucesos “inexplicables” desaparecen y podríamos devolver la Virgen de Guadalupe al lugar que le corresponde por derecho propio, el de una magnífica obra de arte, símbolo de una nación admirable por muchos conceptos y emblema de la fe católica de muchos mexicanos (y de otras nacionalidades) si no fuera porque aún queda un tema por explicar, las figuras humanas en los ojos de la Virgen. ( Em seu afã de provar que a imagem é uma pintura, o autor do artigo recorre a argumentos falsos, fúteis e totalmente anti-científicos.)

LOS OJOS DE LA GUADALUPANA

Aunque en buena lógica ya no sea necesario por cuanto al haber devuelto a la pintura de la Guadalupana al rango de obra humana las afirmaciones sobre este tema quedan privadas de base, sin embargo, dada la importancia que le concede el Sr. Benítez, he creído conveniente dedicar algo de espacio adicional a refutar la afirmación de que en los ojos de la Vigen de Guadalupe se pueden contemplar (previos procesos de ampliación) una serie de figuras humanas, algo ciertamente inexplicable.

Según reconoce el escritor navarro, su fuente en este caso es una obra mexicana: “El título me enganchó desde un primer momento: Descubrimiento de un busto humano en los ojos de la Virgen de Guadalupe. Dictámenes médicos y otros estudios científicos. Los autores -Carlos Salinas y Manuel de la Mora- presentaban en aquel brevísimo reportaje unas fotografías y unos documentos sencillamente increíbles, la figura, en efecto, de un hombre con barba en la córnea del ojo derecho de la imagen que se venera actualmente en la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en México (Distrito Federal).(Pág. 12)

Todo ello resulta impresionante ¿o tal vez no? Por de pronto, según nos informa el propio Sr. Benítez, la primera persona de la que se tienen noticias que advirtiera algo en los ojos de la Guadalupana fue Alfonso Marcué en 1.929. Pudo observarlo al examinar unas fotografías que acababa de realizar. El Sr. Salinas también lo advirtió en una fotografía en blanco y negro (realizada por Jesús Cataño en 1.946) en el año 1.951 aunque después pudo confirmarlo al natural. El problema es que según el Sr. Benítez, entre las fotografías tomada por Manuel Ramos en 1.923 y las de Marcué de 1.929 se produjo una restauración secreta del rostro de la Virgen. La intervención afectó: “A los ojos. Les añadieron tales sombras en las zonas inferiores, que los ojos parecen desorbitados. El ojo derecho fue el más perjudicado. Parece incluso como si hubiera sido golpeado.” (Pág. 125) Tales descubrimientos se realizaron, por tanto, después de una restauración y en una zona en la que se detectaba una intervención poco afortunada.

No obstante, alguien podrá argüir que es posible que la zona concreta del ojo en la que se localizó la figura no hubiera sido modificada. En efecto, puede ser. Abandonaré momentáneamente la obra del ufólogo español para ir a su fuente, la obra antedicha de los Sres. Salinas y de la Mora (Editorial Tradición S.A. Segunda edición. México D.F. Febrero de 1.980). En uno de los diversos dictámenes técnicos que contiene el Dr. Torroella afirma: “A nosotros los oftalmólogos no nos corresponden dictaminar si la imagen de nuestra Señora de Guadalupe es o no una obra sobrenatural y ni siquiera si las figuras que vemos en sus ojos son realmente unas figuras ó simples acúmulos de pintura, esa es materia para otros especialistas.(Pág. 10)

Todo ello resulta impresionante ¿o tal vez no? Por de pronto, según nos informa el propio Sr. Benítez, la primera persona de la que se tienen noticias que advirtiera algo en los ojos de la Guadalupana fue Alfonso Marcué en 1.929. Pudo observarlo al examinar unas fotografías que acababa de realizar. El Sr. Salinas también lo advirtió en una fotografía en blanco y negro (realizada por Jesús Cataño en 1.946) en el año 1.951 aunque después pudo confirmarlo al natural. El problema es que según el Sr. Benítez, entre las fotografías tomada por Manuel Ramos en 1.923 y las de Marcué de 1.929 se produjo una restauración secreta del rostro de la Virgen. La intervención afectó: “A los ojos. Les añadieron tales sombras en las zonas inferiores, que los ojos parecen desorbitados. El ojo derecho fue el más perjudicado. Parece incluso como si hubiera sido golpeado.” (Pág. 125) Tales descubrimientos se realizaron, por tanto, después de una restauración y en una zona en la que se detectaba una intervención poco afortunada.

No obstante, alguien podrá argüir que es posible que la zona concreta del ojo en la que se localizó la figura no hubiera sido modificada. En efecto, puede ser. Abandonaré momentáneamente la obra del ufólogo español para ir a su fuente, la obra antedicha de los Sres. Salinas y de la Mora (Editorial Tradición S.A. Segunda edición. México D.F. Febrero de 1.980). En uno de los diversos dictámenes técnicos que contiene el Dr. Torroella afirma: “A nosotros los oftalmólogos no nos corresponden dictaminar si la imagen de nuestra Señora de Guadalupe es o no una obra sobrenatural y ni siquiera si las figuras que vemos en sus ojos son realmente unas figuras ó simples acúmulos de pintura, esa es materia para otros especialistas.(Pág. 10)

Esa frase me hizo pensar en que las afirmaciones concernientes a las figuras en los ojos de la Guadalupana eran falsables. Bastaría para ello el demostrar que eran producto de una acumulación de pintura. Dado que en la obra antedicha (y que es extensamente reproducida por el Sr. Benítez en la suya en las páginas 168-204) se explica con detenimiento la manera en que el Sr. Salinas descubrió la figura, no era difícil reproducir el experimento pero con dos diferencias, la fotografía inicial sería una de las tomadas por D. Manuel Ramos en 1.923 (antes de la restauración del rostro) y buscaría figuras humanas en otras partes de la pintura que no fueran  los ojos.

 Los resultados los tienen ante ustedes. La figura 4 es la fotografía inicial, la 5 una selección de un fragmento en el que he mantenido parte del rostro para que puedan apreciar en qué zona aparecen las “personas” (silueteadas en blanco para que se perciban más fácilmente) y la 6 una ampliación de ellas. Con un poco de imaginación, podrán advertir un grupo de tres personas, a la izquierda un hombre con barba, en el centro una mujer gritando y a la derecha otro hombre (éste más borroso). Todo esto tiene un nombre, paraideloia, la tendencia a ver formas conocidas en algo amorfo. Cuando jugábamos a decir a qué se parecen las nubes, estábamos haciendo lo mismo que estos investigadores guadalupanos y, los resultados eran tan poco científicos como éstos.

Sin embargo, nada de esto es así para el Sr. Benítez que concluye su libro con una comparación entre el Santo Sudario de Turín y la imagen de la Virgen de Guadalupe: “... parece como si el <<alto estado mayor>> de los cielos hubiera escondido en este viejo ayate del siglo XVI otro as... Un triunfo destinado -como en el caso del lienzo que se conserva en Turín- a los hombres del siglo XX.” (Pág. 306) Con todos mis respetos a los creyentes en el “alto estado mayor de los cielos” si éstos son los ases que lleva, ¡¡órdago a chica!!

 (Por último, o autor revela sua total ignorância em argumentar que as figuras nos olhos da imagem são fruto do acaso (paraideloia como ele chama) e ainda alega que houve uma restauração no olho da imagem e isso faria aparecer as imagens. Ora, então não seria obra do acaso e sim da restauração. Querendo criar argumentos contrários, ele próprio se contraria. Já dissemos sobre isso no começo deste artigo , mas podemos complementar com as imagens. Veja as figuras no site e julgue o leitor por si mesmo:

http://www.parapsicologiageral.hpg.ig.com.br/nossasenhora.htm

Conclusão: Querendo demonstrar convencimento, o autor quer derrubar as pesquisas e estudos  científicos já realizados com argumentos fracos e absolutamente sem provas. Apenas uma dúvida me restou: será que ele próprio acredita no que diz?

  

Carlos Orlando - OEP –Organização de Estudos Parapsicológicos

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