Resposta às críticas feitas à
Imagem de Nossa Senhora de Guadalupe |
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Site: http://www.cultura.udg.mx/religion/guadalupe/ojos.html
Sobre Dr. Enrique Graue y Díaz González: site: http://www.medigraphic.com/espanol/e-htms/e-circir/e-cc2003/e-cc03-1/em-cc031q.htm Volumen 71, No. 1, enero-febrero 2003 77 Agradezco al Cuerpo Di-rectivo de la Academia Mexicana de Cirugía,
haberme de-signado
En 1936, el premio Nobel de Química Richard Kuhn analizó las fibras de la imagen guadalupana. Su conclusión dejó atónitos a todos: en ellas no existe ningún colorante conocido del reino vegetal, animal o mineral; dado que en aquella época no existían los colorantes sintéticos, la imagen es inexplicable.
Transcrevo abaixo o artigo de José Luis Calvo “LA TILMA “MILAGROSA” Y EL PENSAMIENTO CRÍTICO”, que condensa as críticas em relação à imagem de Guadalupe: Está na cor verde para diferenciar de meus comentários (azul) e dos textos de pesquisa (preto). Ya en 1.936, un químico -todo un premio Nobel- había realizado lo
que, sin duda, era el primer y último análisis directo de la supuesta
pintura de la tilma.” (Pág. 48) Sin embargo, en las páginas siguientes explicará en qué
consistió el “análisis directo” que vulneró las más
elementales normas del procedimiento científico. Por de pronto, no existió
un protocolo que controlara la recogida de muestras para su análisis.
Sencillamente, el abad de la basílica regaló al obispo de Saltillo,
Felipe Cortés, unos hilos supuestamente procedentes del tejido original.
Éste, pasado algún tiempo, le entregó dos hebras al metalúrgico Sodi
Pallarés que, por mediación del profesor de alemán Hahn, se las envió
al doctor Kuhn. Ni uno sólo de estos pasos tuvo ningún tipo de control,
lo que, por sí mismo, desvirtúa cualquier resultado obtenido. (Essa afirmação carece de lógica e bom senso , pois mesmo que
supostamente a amostra analisada não fosse da imagem de Guadalupe, então
seria outro milagre (inexplicável), um tecido com uma estampa sem a
presença de corantes vegetais, minerais ou animais. O fato em si
continua. Alegar que pode ter havido troca de amostras nada muda o
resultado da pesquisa. Isso é manifesta crítica gratuita. O autor comparou a análise feita com o Sudário de Turim dizendo
que certos pigmentos só apareciam com o uso de técnicas muito avançadas.
Novamente mostra desconhecimento de todo o estudo e pesquisa sobre o sudário
de Turim. Como pode haver pigmentos no sudário (com exceção do sangue)
se as marcas feitas são de micro queimadura do tecido causadas por um
tipo de Luz inexplicável, defendida por vários estudos. É só entrar em
vários sites de sindologia para verificar. La
conclusión del químico austríaco fue que en los dos hilos entregados no
había restos de colorantes vegetales, animales ni minerales, es decir,
que no habían sido pintados por ninguna técnica existente en el S XVI.
Sorprendente pero menos si tenemos en cuenta que idéntica pretensión
existió sobre la Sábana Santa de Turín hasta que se encargó su análisis
al doctor McCrone, recientemente fallecido. La experiencia en este caso
demostró que los restos de determinados pigmentos sólo aparecían con el
uso de técnicas muy avanzadas. Otra irregularidad en el caso del análisis
químico es que se citan las conclusiones pero no la metodología del
experimento. Los Por último, o autor do artigo, em sua fanática tentativa de atacar os milagres da imagem de Guadalupe, desmerece a própria pesquisa feita pelo austríaco, um reconhecido premio Nobel de Química. Quanta presunção!!! É só pensar um pouco.....se a imagem é visível e muito bem visível a olho nú, e estava visível na amostra; então não há o que recorrer a equipamentos de ultima geração de análise e argumentar que naquela época não se tinha a tecnologia de hoje..tirando assim o mérito da pesquisa. Ora, se é visível a olho nu, então tem que se ter algo ou corantes ou pigmentos ou algo que se imprimia no tecido, e com os equipamentos da época é claro que se verificaria isso..... Logo, a pesquisa feita por Richard Kuhn é totalmente válida e merecedora de toda credibilidade. Así,
tras una investigación mediante fotografía infrarroja realizada por
Smith y Callagan éstos aseguraron que la Guadalupana había sido
repintada y retocada en ocasiones. Por tanto, tienen que existir pigmentos
en la tilma salvo que pensemos que las restauraciones fueran también
milagrosas. (Mais
um raciocínio com base na ignorância dos fatos
ou provido de más intensões: houve restaurações na imagem ao
longo dos séculos mas não houve uma repintura na imagem toda, apenas em
algumas partes tais como coroa, anjos e pouco mais. A grande maioria da
imagem não está retocada e sem a presença de qualquer corante ou
pigmento.) El intento del Sr. Benítez, siguiendo a los autores
antedichos, de conciliar estos hechos, mediante una imagen inicial
inexplicable sobre la que se hicieron retoques humanos no resulta creíble
( O autor ignora as pesquisas e se dá a presunção
de dizer que elas não merecem crédito. Ele deve ser especialista em
que??? Possui um pensamento lógico e científico? E ainda intitula o
artigo como “pensamento crítico”....sem comentários..) em que. Aceptemos, como mero ejercicio teórico, la realidad del prodigio. ¿Qué
pintor se hubiera atrevido a poner su pincel a rectificar una imagen
celestial? (mais
um absurdo: julgar o que pensavam os pintores que retocaram a imagem e
anda mais criando um pensamento único de não retocar algo
celestial...sem comentários)
Porque
no se trata solamente de un arreglo de zonas deterioradas sino que, por
ejemplo, las manos se acortaron, posiblemente para que parecieran las
manos de una mestiza o indígena cuyos dedos son más cortos que los de
las representaciones europeas góticas. También se añadieron (según
Smith y Callagan), el ángel, la Luna, los bordes dorados del manto, los
rayos solares, los adornos de la túnica, los brazaletes... Claro que no sólo
se añadió, también se suprimió una corona dorada. (Pág 84-105) Entre 1954-63, Carlos Rivera sometió el ayate a un minucioso análisis con rayos
X, al término del cual concluyó que la imagen no estaba pintada, sino
impregnada. Estos estudios fueron confirmados en 1979, cuando dos
científicos de la NASA, P. Callagan y J. Brand Smith, analizaron
la imagen con rayos infrarrojos, concluyendo: el ayate carece de preparación
alguna; no hay esbozos previos como los que se descubren en muchas obras
pictóricas; ni hay pinceladas. La técnica empleada para crear la imagen
es absolutamente desconocida. Concluyen
que la imagen no tiene explicación posible, salvo algunos retoques y añadidos (como el ángel y
la luna a los pies de la Virgen), probablemente con la intención de tapar
los desperfectos originados por la inundación de 1629 y preservar los
bordes del lienzo.
En 1983 Mario Rojas y Juan Hernández estudiaron las
estrellas que aparecen en el manto de la Virgen, y concluyeron que la
disposición de las mismas coincidía con la posición de las estrellas en
el firmamento mexicano el 12 de diciembre de 1531 a las 10 y 37' de la mañana,
momento del milagro guadalupano.
Pero lo más asombroso de la imagen se encuentra en sus ojos, donde
las técnicas modernas de digitalización fotográfica han permitido
encontrar el reflejo diminuto de al menos 13 personas. Todos
los estudios realizados en la tilma mexicana -sobre su conservación,
colorido, estampación de la imagen, ojos-, pueden resumirse en una
palabra: inexplicable. Fue la palabra de Callagan y Smith en su informe.
En efecto, en un primer momento, en 1929, el fotógrafo A. Marcué
descubrió el reflejo de un hombre en el ojo derecho de la Guadalupana: ¿cómo
podía ser, un “hombre con barba” dentro de los ojos de la Virgen? En
1951 el dibujante Carlos Salinas volvió a apreciar con una lupa la misma
figura. Desde entonces, numerosos oftalmólogos examinaron los ojos de la
Virgen. Uno de ellos, Javier Torroella, firmó en 1956 el primer
certificado médico: se cumplen, como en cualquier ojo vivo, las leyes de
Purkinje-Samson, con el triple reflejo de los objetos localizados enfrente
de los ojos, y con la distorsión normal de las imágenes por la forma
curva de las córneas. Otro oftalmólogo, el doctor Graue, señaló:
“Da la sensación de estar viendo un ojo en vivo, y no puede uno no
pensar en algo realmente sobrehumano”.
Pero el estudio más detallado lo ha realizado, desde 1979 y
durante 20 años, el profesor J. Aste Tonsmann, a través de la
digitalización fotográfica. Sus estudios le han permitido descubrir 13
(!) personajes en los ojos de la Virgen. Entre ellos, se ha identificado a
Juan Diego, Zumárraga (muy similar a cómo lo representan los pintores de
la época), su intérprete, un hombre que se agarra la barba con su mano
derecha, un grupo familiar... Todos ellos, además de repetirse en ambos
ojos como lo harían en los de una persona viva, aparecen con detalles
minuciosos en unas córneas de pequeñísimo diámetro (7 y 8 mm), lo que
descarta la posibilidad de haber sido pintados, máxime en una tela tan
burda. Si una obra así es imposible incluso para el hombre de hoy, con
mayor razón en 1531. La teoría de Tonsmann es que la Virgen estaba
observando la escena; cuando Juan Diego desplegó la tilma, la imagen de
María se estampó en el ayate, llevando en sus ojos el reflejo de las
personas allí presentes. De esta manera, la Virgen quiso dejarnos una
“fotografía” del acontecimiento. Premio
Nobel de Química
De
Wikipedia, la enciclopedia libre. Ver
enlace: http://www.nobel.se/chemistry/laureates/index.html
SITE:
http://es.wikipedia.org/wiki/Premio_Nobel_de_Qu%EDmica http://sun0.mpimf-heidelberg.mpg.de/History/Kuhn2.html Dr. José Aste Tönsmann, MTE Magarita Aste. Quipus, S.A. Citilcún 156, Jardines del Ajusco,
Tlalpan 14200, México DF. Telf/fax: 5-645-1214, 017-316-2761. Correo
electrónico: quipus@quipus.com.mx
http://www.quipus.com.mx Necesidades de equipo: Computadora,
Cañón o proyector LCD y conexión a Internet. http://dragoninvisible.com.ar/contacto/boletin/conta18.htm El
primer médico que extendió un informe sobre los ojos de la imagen, fue
el oculista Javier Torroella Bueno (es mexicano, nacido en abril de 1923,
cirujano especialista en oftalmología, jefe de la Clínica de Propedéutica
de la Escuela Nacional de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de
México (1949 – 1952) y de la cátedra de Oftalmología de la UNAM (1953
– 1960), fundador del Instituto Mexicano de Oftalmología Tropical,
consultor de la Organización Mundial de la Salud y miembro entre otras
prestigiosas sociedades, de la francesa, panamericana y mexicana de
Oftalmología). El histórico
acontecimiento tuvo lugar el 27 de marzo de 1956, dos meses después y con
fecha 26 de mayo, el citado cirujano enviaba a J. Carlos Salinas Chávez
un escrito que resumía así su minucioso análisis: "Si
tomamos una fuente luminosa y la ponemos frente a un ojo veremos que es
reflejada por él, el lugar donde se refleja y que nosotros vemos, es la córnea
ya que en el ojo sólo se pueden reflejar las imágenes en tres lugares (Imágenes
de Samson Purkinje) o sea la cara anterior de la córnea, la cara anterior
del cristalino y la cara posterior del mismo. Los
caracteres de estas imágenes son los siguientes: la imagen de la cara
anterior de la córnea es más brillante, es derecha. La segunda imagen,
es decir, la de la cara anterior del cristalino también es derecha, pero
menos brillante; y la tercera es invertida y poco luminosa. Para poder
observar estas dos últimas imágenes es necesario que la pupila esté en
midriasis (dilatación anormal de la pupila del ojo) ya que se encuentran
atrás del iris. En la
imagen de la Virgen de Guadalupe, motivo de mi estudio, los citados
reflejos se encuentran en la córnea. Si
tomamos un pedazo de papel de forma cuadrada y lo ponemos frente a un ojo,
nos daremos cuenta de que la córnea no es plana (ni esférica tampoco) ya
que se produce una distorsión de la imagen de acuerdo con el lugar donde
está reflejando. Si
alejamos este papel, notaremos que aparecen en el lugar contra lateral de
otro ojo, es decir, si una imagen se está reflejando en la región
temporal del ojo derecho, se reflejará en la región nasal del ojo
izquierdo. En las imágenes en cuestión, están perfectamente colocadas
de acuerdo con esto, la distorsión de las figuras también concuerda con
la curvatura de la córnea. Extiendo
la presente a petición del interesado, para los fines que crea
convenientes". También
contamos con el informe del otro eminente cirujano mexicano Rafael Torija
Lavoignet (nacido en México en octubre de 1931, cirujano, director del
hospital Tamaulipas de la ciudad de México, del sanatorio San Miguel y
del Ramón Pardo, ambos del Distrito Federal y cirujano del sanatorio
Notre Dame de la Capital Mexicana). "...En
la córnea de los ojos se percibe una imagen de un busto humano. La imagen
aparece distorsionada y en el mismo sitio que en un ojo normal. Cuando
se dirige la luz del oftalmoscopio a la pupila de un ojo humano, se ve un
reflejo luminoso brillante en el círculo externo de la misma. Siguiendo
ese reflejo y cambiando las lentes del oftalmoscopio en forma adecuada, se
obtiene la imagen del fondo del ojo. Al
dirigir la luz del oftalmoscopio a la pupila del ojo de la imagen de la
Virgen, aparece el mismo reflejo luminoso y siguiéndolo, la pupila se
ilumina en forma difusa dando la impresión de oquedad. Este
reflejo se aprecia en todos los sentidos en que se dirige la luz; es
brillante, viéndose en todas las distancias que alcanza la luz del
aparato, y con las distintas lentes del mismo. Este
reflejo es imposible de obtener de una superficie plana y, además, opaca
como es dicha pintura. Después
examiné, mediante el oftalmoscopio, los ojos de diversas pinturas al óleo
y a la acuarela y en fotografías, y en ninguna de ellas, todas ellas de
distintos personajes, no se aprecia reflejo alguno. Por lo contrario, los
ojos de la Santísima Virgen de Guadalupe dan la impresión de vitalidad". Así
siguieron expidiéndose alrededor de veinte oftalmólogos y cirujanos en
los años siguientes, todos coincidiendo en lo mismo, en la existencia de
una imagen humana y en que los ojos parecían de alguien vivo y no de una
pintura. El
doctor Amado Jorge Kuri en el año 1975, agregó que "los ojos
vistos al oftalmoscopio auxiliado con lupa de aumento evidencian una córnea
y un iris pintados a la perfección y de una brillantez tal, que causan la
impresión del reconocimiento de ojos con vida, en donde es fácilmente
tangible a la mirada la sensación de cavidad a través del cristalino. El
iris del ojo derecho tiene una forma no totalmente circular, sino que en
su extremo lagrimal rompe su redondez por la presencia de una figura
humana distorsionada, de color amarillo naranja, en la que puede
distinguirse cabeza, cuello, parte superior del tórax y hombro derecho,
con el brazo extendido que precisamente éste entra un poco en su situación
en el área circular del iris y pegada sobre la porción del cristalino
una mancha más luminosa correspondiente al segundo reflejo Prkinje Samson.
Más hacia la izquierda, en la porción de lo que pudiera ser la cara
posterior del cristalino, se nota una mancha luminosa más pequeña y
menos brillante (puede corresponder por su distancia, a las anteriores, al
tercer reflejo óptico aludido). En el ojo izquierdo es visible cerca del
extremo temporal del iris, una mancha luminosa brillante que puede
engarzar en el reflejo luminoso de ese lado. Los
tres reflejos luminosos del ojo derecho, más el del lado izquierdo,
guardan una proporción en distancia tan perfecta que encuadran con
claridad en los conocidos reflejos de Purkinje-Samson". Llegados
a este punto, y para bien de los que no somos oftalmólogos, vamos a
explicar en qué consisten los benditos reflejos de Purkinje-Samson. Estas
imágenes son llamadas así en recuerdo de los dos sabios, que por
separado y con varios años de diferencia, las descubrieron, Purkinje de
Breslau y Samson de París. Se da la curiosa circunstancia de que ninguno
de los dos sabía de las investigaciones que estaba llevando a cabo el
otro. Dichas
imágenes como vimos, son tres: ·
La primera producida en la cara anterior de la córnea. ·
La segunda en la superficie anterior del cristalino. ·
La tercera en la superficie posterior del mismo. Y esto sólo ocurre en ojos vivos, por lo tanto lo que
quedó allí estampado en la tilma del indito Juan Diego, no podría ser
otra cosa que la imagen de un ser viviente, a lo que debemos sumar los
extraños reflejos y la sensación de estar analizando un ojo vivo, que
experimentaron los oftalmólogos que tuvieron la suerte de estar cerca de
la Señora del Tepeyac. En tal sentido, Enrique Graue, uno de los especialistas
más competentes de América, refiere en su certificado expedido el 9 de
enero de 1976, entre otras cosas que "se pudo apreciar en ellos (en
los ojos de la imagen de la Virgen de Guadalupe) las imágenes de
Purkinje, lo que da una visión y sensación de profundidad del ojo mismo,
siendo el reflejo apreciado en las córneas el de una imagen que es
apreciable como el busto de un hombre. Todo ello da la sensación de estar
viendo un ojo "in vivo", y realmente no puede uno menos que
pensar en algo sobrehumano". Este profesional agrega otros más que interesantes
descubrimientos luego de analizar durante días y días la imagen en
cuestión: "Y comprobé varias cosas, a cual más
sorprendente. Por ejemplo, las imágenes que aparecen en el ojo derecho
están perfectamente enfocadas. Las del izquierdo, en cambio, están
desenfocadas. ¿Por qué?, me preguntará usted. Pues muy sencillo: Porque
el ojo izquierdo de la Virgen estaba en aquellos instantes un poquito más
atrás que el derecho, respecto a la persona o personas que ella estaba
contemplando. Esos milímetros o centímetros de diferencia, son más que
suficientes como para que el objeto que se observa quede fuera de foco. Y
yo le pregunto: ¿A qué pintor se le hubiera ocurrido una cosa así, en
el caso de que ese supuesto falsificador hubiera decidido colocar una
miniatura en el interior de los ojos de la Señora? ...Pero
lo curioso en los reflejos en los ojos de la Virgen de Guadalupe es que se
presentan en la cara anterior de la córnea y en el cristalino. ¿A qué
pintor se le hubiera ocurrido hacer algo así en el siglo XVI o XVII?
Entonces NO se había descubierto la triple imagen de Purkinje – Samson... ...Tomé
el oftalmoscopio y lancé el haz de luz al interior del ojo. Y quedé atónito:
Aquél ojo tenía y tiene profundidad. ¡Parece un ojo vivo!... Fíjese
hasta que punto le recuerdan a uno los ojos de una persona viva que, en
una de aquellas exploraciones, y estando yo con el oftalmoscopio en plena
observación, inconscientemente comenté en voz alta, dirigiéndome a la
imagen: "POR FAVOR, MIRE UN POQUITO PARA ARRIBA...". Como usted
habrá visto, la imagen tiene los ojos ligeramente inclinados hacia abajo
y hacia la derecha y yo, ensimismado con aquella luminosidad y profundidad,
me olvidé que se trataba de una imagen y le hice aquel comentario,
pensando que estaba ante un paciente..." Luego de
escuchar los comentarios de este médico y a fin de que quede bien en
claro que no se trata de un improvisado, debemos decir que el doctor Graue
es especialista en enfermedades de los ojos, ha sido director del hospital
oftalmológico de Nuestra Señor de la Luz y profesor de oftalmología de
la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México. Este
hombre ha descubierto una docena de figuras humanas desconocidas en el
interior de los ojos de la Virgen de Guadalupe. Mediante
la digitalización y ampliación en cientos de veces del tamaño de la
imagen en cuestión, pudo en primer lugar confirmar que la triple imagen
de Purkinje – Samson aparece con gran nitidez en el ojo derecho. También
comprobó que la totalidad de las imágenes aparecen también en el ojo
derecho. En el caso de los posibles "Juan Diego", "Juan
de Zumárraga" y del llamado "traductor", las
computadoras descubrieron que sus figuras son algo más pequeñas en el
ojo derecho que en el izquierdo, variando también los grados de
luminosidad. Si la
escena aparecía repetida en ambos ojos, el asunto no tiene vuelta de hoja:
Aquello no era fruto de la casualidad ni tampoco el capricho
interpretativo de un científico. Se le
preguntó a este investigador si alguna de las figuras que detectó no
aparecía en ambos ojos, a lo que respondió que sí. Que "la
negrita" (de la servidumbre del obispo) hasta hoy ha aparecido en
el izquierdo solamente, aclarando que ello se debe quizá a la mancha
blanca que existe en el ojo derecho y que corresponde precisamente a la
segunda imagen óptica de Purkinje – Samson del "hombre barbudo".
Esto último de por sí resulta también apasionante y confirmatorio de
que algo muy raro ocurre en esos ojos. Este
científico, formuló la hipótesis de que la Virgen estaba presente en el
momento de la estampación, aunque era invisible para los demás. También
para Tonsmann y siempre según las figuras encontradas por la computadora,
en los ojos de la imagen que aparece en la tilma del indio Juan Diego se
presentan dos escenas que no guardan relación aparente entre sí: De un
lado, la "escena principal", integrada por seis o siete
personajes ("el indio sentado", la cabeza del supuesto
fray Juan de Zumárraga y el "traductor", el también
supuesto indio Juan Diego, la negrita y el "hombre con barba"). Le
segunda "escena" la formarían el llamado "grupo
familiar indígena", respecto de la cual el científico no tiene
ninguna explicación. Como
vimos, tal vez estemos frente a un verdadero milagro, y por qué no, ante
un verdadero autorretrato de la Santa Virgen María. Este
libro a mí me emocionó muchísimo, espero que este comentario sirva de
aliciente para comprarlo y leerlo de punta a punta. Realmente vale la
pena. Así
las cosas ¿qué queda de la supuesta efigie milagrosa original? “Por
encima de cualquier duda, las fotografías infrarrojas prueban que el azul
del manto y el rosa de la túnica son originales y que nunca fueron
retocados ni sobrepintados. Es más: han permanecido indemnes al tiempo a
pesar de los cuatro siglos y medio transcurridos” (Pág. 104) Vayamos
por partes. ¿Los añadidos son tales o forman parte de la imagen
original? Aquí el Sr. Benítez incurre en auto-contradicción con la
siguiente descripción que nuestro autor considera como parte del Nican
Mopohua y, además, casi contemporánea del supuesto hecho milagroso: <<Su velo, por fuera,
es celeste; sienta bien en su cabeza; para nada cubre su rostro; y cae
hasta sus pies, ciñéndose un poco por en medio: tiene toda su franja
dorada, que es algo ancha, y estrellas de oro por dondequiera, las cuales
son cuarenta y seis. Si
como pretende en la página 34 ésa fuera la descripción contemporánea
de la imagen ¿cómo es que en las páginas 84-105 los elementos
originales se convierten es añadidos posteriores? Cualquiera de las
explicaciones para esta incoherencia sería perjudicial para el “milagro”,
si la descripción del Nican Mopohua fuera errónea, perdería su
carácter de testimonio fideligno, algo tanto más grave cuando la
historicidad de la Aparición se basa en este texto de forma casi
exclusiva. Si, por otra parte, el estudio de Smith y Callagan estuviera
mal realizado ya no habría razón para suponer que no estamos ante una
pintura .(Mais
uma vez , o autor desconhece ou esconde os estudos feitos por P.
Callagan y J. Brand Smith: “Estos estudios fueron confirmados en 1979, cuando dos
científicos de la NASA, P. Callagan y J. Brand Smith, analizaron
la imagen con rayos infrarrojos, concluyendo: el ayate carece de preparación
alguna; no hay esbozos previos como los que se descubren en muchas obras
pictóricas; ni hay pinceladas. La técnica empleada para crear la imagen
es absolutamente desconocida. Concluyen que la imagen no tiene explicación posible,
salvo algunos retoques y añadidos (como el ángel y la luna a los pies de
la Virgen), probablemente con la intención de tapar los desperfectos
originados por la inundación de 1629 y preservar los bordes del lienzo”.)
. El
Sr. Benítez intenta salvar ese problema afirmando que: “En resumen,
si el documento más antiguo de que disponemos hoy, y en el que se hace ya
una exhaustiva descripción de la imagen de la Señora de Guadalupe, se
remonta a los años 1545 o 1550, ello quiere decir, lógicamente, que los
retoque y añadidos tuvieron que ser ejecutados sobre el original entre
estas fechas y 1531, fecha de las apariciones.” (Pág. 112) No
obstante, se olvida de que el texto del Nican Mopohua asegura: “...se
dibujó en ella y apareció de repente la preciosa imagen de la siempre
Virgen Santa María, Madre de Dios, de la manera que está y se guarda hoy
en su templo del Tepeyácac, que se nombra Guadalupe.” (Pág. 31) De
forma que nuevamente volvemos a encontrarnos con la misma disyuntiva, el
texto es erróneo o la equivocación está en el estudio de los
norteamericanos. (Nem
uma coisa nem outra, foram retoques pintados sobre a imagem original: ”salvo algunos retoques y añadidos (como el ángel y la luna a los pies
de la Virgen), probablemente con la intención de tapar los desperfectos
originados por la inundación de 1629 y preservar los bordes del lienzo”.) La verdad, sin embargo, es que no existe tal necesidad de elección. El Sr. Benítez yerra al considerar que esa descripción es parte del Nican Mopohua, error que le viene dado por su consideración de que el Huei Tlamahuicoltica (publicado en 1.649) de Lasso de la Vega es lo mismo que el Nican Mopohua. No es su única equivocación sobre este aspecto. Resulta muy curiosa su afirmación de que: “Tuvieron que pasar algunos años, sin embargo, para que el relato de Valeriano -escrito originalmente en náhuatl- fuera traducido al castellano. El acierto fue obra del bachiller Luis Lasso de la Vega, que lo envió a la imprenta en 1649.” (Pág. 18) En realidad la obra de Lasso de la Vega, como habrán podido deducir fácilmente por el título, está escrita en náhuatl. La traducción al castellano fue obra de otro Luis, Luis Becerra Tanco en 1.666. Aunque el Huei Tlamahuicoltica contenga, por vez primera en una obra impresa, el Nican Mopohua también presenta añadidos de la mano de Lasso de la Vega. La descripción que cita el Sr. Benítez es uno de ellos. Por tanto, lo único que prueba esa descripción es que en torno a 1.649 la imagen ya tenía ese aspecto. (mesma resposta acima) ¿Es posible delimitar un poco más la cuestión de si se produjeron repintes y cuándo? Empecemos por el Nican Mopohua. En él se afirma que la imagen se formó tal y como se conservaba en ese momento. ¿Cuándo fue ese momento? Aunque por cuestiones filológicas se considere que es bastante anterior a la obra de Lasso de la Vega y que fue escrito en el S XVI, la fecha exacta de su composición es un misterio. Aunque los partidarios de su historicidad (por cierto, obviando que es una obra literaria) crean que se redactó en torno a 1.540 eso es imposible por cuanto el supuesto milagro (o aparición) no tuvo lugar hasta 1.555. Así se atestigua en los Anales de Juan Bautista, en el sermón del Padre Bustamante (que considera en 1.556 que la devoción era novedosa) y en la carta del virrey Martín Enríquez. Todos ellos coinciden en que fue en esas fechas cuando comenzó la devoción a la Guadalupana, contradiciendo la afirmación del Nican Mopohua de que tuvo lugar en 1.531 y explicando la paradoja que supone que el testigo del prodigio de la tilma, el obispo Zumárraga, negara en 1.547 que en su propia época se produjeran milagros. El por qué el anónimo escritor de este texto(aunque
se atribuye a Antonio Valeriano no hay pruebas de su autoría) cambió las
fechas e introdujo como personaje a Zumárraga (fallecido en 1.548) debe
ser entendido bien como una confusión, bien como una ficción literaria.
La crítica textual moderna ha encontrado claros paralelismos entre el Nican
Mopohua y las narraciones de la aparición de su homónima en
Extremadura. Tampoco lo que podríamos llamar “milagro de las flores”
es algo desconocido en la hagiografía contemporánea. Un ejemplo de ello,
podemos encontrarlo en la vida del franciscano Diego de Alcalá. Tanto es
así que algunos investigadores contemporáneos consideran que el Nican
Mopohua, aunque fuera escrito por alguien perteneciente a la cultura náhuatl,
es una adaptación de un texto en castellano. No
obstante, la inutilidad del Nican Mopohua como fuente dado el número
de errores históricos que contiene, no supone que estemos condenados a no
poder someter a crítica las afirmaciones de Smith y Callagan tanto las
relativas a retoques parciales como las relacionadas con la misteriosa
preservación del rostro, el manto y la túnica. Lo primero es innegable.
É impressionante a que ponto chega
o fanatismo de condenar algo científico e histórico a tal ponto de mudar
a própria história e reinventá-la, deturpando-a totalmente...isso não
só é ignorância em todos os aspectos como notável má-fé usando
mecanismos ardis para defender uma mentira. http://www.virgendeguadalupe.org.mx/nican%20mopohua.htm Alguns documentos históricos
europeus: veja muito mais no site acima DOCUMENTO: Testamento de Bartolomé López COMENTARIO: En la villa de Colima de Nueva España, el 15 de noviembre de 1537 y
ante el escribano Juan de la Torre, Bartolomé López, uno de los
conquistadores y vecino entonces de la recién fundada villa, otorgó
testamento. Las cláusulas 23 y 24 de dicho testamento dicen: "Item:
Mando a nuestra Señora de Guadalupe, por mi ánima, cien Misas, e se
paguen de mis bienes." "Item: Mando que se diga en la Casa de
Nuestra Señora de Guadalupe por mi ánima cien Misas, e se paguen de mis
bienes" Al ser dos mandas distintas, es posible que la forzosa se
refiera a Nuestra Señora de Guadalupe de Extremadura. Mas la segunda, es
muy probable que se refiera a Nuestra Señora de Guadalupe, pero de México.
Es pues lógico que se habla de dos diferentes; no habría necesidad de
dividir legados si no fuera así, como ya ha argumentado Jesús García
Gutiérrez. El testamento de Bartolomé López fue hallado por José María Rodríguez Castellanos, en 1912, en el Archivo Municipal de Colima. Fue publicado, junto con el testamento de su hermano Antón López, en La Cruz, periódico de Colima, y posteriormente en la revista, publicada en Tulancingo, Democracia Cristiana, hoy extinta. Luego, García Gutiérrez publicó fotografías de las dos citadas cláusulas en La Rosa de Tepeyac, de abril de 1921, junto con otras cláusulas de testamentos de Colima. REPOSITORIO: Actualmente, el original del testamento no se encuentra ni en el Archivo Municipal de Colima (donde había sido encontrado), ni en el Archivo del Estado, que es donde actualmente se encuentra lo que queda de los protocolarios del escribano Juan de la Torre. Es posible que el original se halle perdido para siempre, aunque ha sido denodadamente buscado, en los archivos de la ciudad de Colima y Villa de Álvarez por el Lic. Arturo Rocha, quien reencontró, en 1998, el testamento de Elvira Ramírez. [vid. infra DOCUMENTO: Pagarés de María Gómez COMENTARIO: El 18 de enero de 1539, María Gómez, mujer de Juan Pérez, difunto,
se presentó ante el alcalde Juan Pinzón, alcalde ordinario, y en
presencia del escribano de Su Majestad, Diego Hurtado, rindió cuentas de
su administración. De aquella comparecencia, destaca lo siguiente: "Iten
Por descargo que pagó a la Casa de Nuestra Señora de Guadalupe veinte é
cinco pesos de minas dio carta de pago dellos." "Iten que pagó
á la Casa de Ntra. Señora de Guadalupe é á su Procurador en su nombre
ciento é un pesos de oro de minas dio carta de pago dello…" Este
documento fue igualmente encontrado por José María Rodríguez
Castellanos, en 1912, y fue por primera vez publicado, aunque
parcialmente, por Manuel Garibi Tortolero en "Importantísimos
Documentos Guadalupanos del siglo XVI, hasta hoy ignorados",
Restauración Social . Boletín de la Semana Católico Social y Órgano de los Operarios
Guadalupanos, nov. (1912), Guadalajara. Jesús García Gutiérrez es del
dictamen que el documento, al expresar "Casa de Nuestra Señora de
Guadalupe", y al señalar la existencia de un procurador, no puede
referirse más que a Casa de Nuestra Señora de Guadalupe de México, pues
por entonces no había procurador de la de España, cosa de la que se
quejaba en carta Diego de Santa María. REPOSITORIO: El original de este documento, hallado en el Archivo
Municipal de Colima, al parecer ya no existe. No se le encuentra ni en el
Archivo Municipal ni en el Archivo del Estado de Colima. COMENTARIO: Soldado y amigo de Hernán Cortés, atribuye el triunfo de
los conquistadores a "la gracia de la Virgen de Guadalupe" y
habla de los milagros del Tepeyac. Hacia 1560, escribe su Historia
Verdadera de la Conquista de Nueva España, en la que vierte estos inequívocos
testimonios: "Luego manda Cortés a Gonzalo de Sandoval que dejase
aquello de Ixtapalapa, e fuese por tierra a poner cerco a otra calzada que
va desde México a un pueblo que se dice Tepeaquilla, a donde ahora llaman
Nuestra Señora de Guadalupe, donde hace y ha hecho muchos admirables
milagros." (cap. 150) "[…] Y miren qué hay de hospitales, y
los grandes perdones que tienen, y la santa casa de Nuestra Señora de
Guadalupe, que está en lo de Tepeaquilla, donde solía estar asentado el
Real de Gonzalo de Sandoval cuando ganamos a México: y miren los santos
milagros que ha hecho y hace de cada día, y démosle muchas gracias a
Dios y a su bendita madre nuestra señora por ello, que nos dio gracia y
ayuda que ganásemos estas tierras, donde hay tanta cristiandad." (cap.
210) Bernal Díaz del Castillo no estaba en México en 1531, y todo lo que
dice acerca de la Virgen de Guadalupe y de "los santos milagros que
hace cada día" lo supo en Guatemala (cuya gran distancia con la
ciudad de México es de resaltar) y a donde había llegado ya la fama de
los milagros de Guadalupe. Su testimonio es tanto más valioso cuanto él
no era crédulo en milagros, como lo demuestra en su crónica, donde habla
con sorna de algunos que dizque veían a Santiago Apóstol acuchillando
indios. El testimonio de Díaz de Castillo es interesante también porque
ofrece, desde un contexto político social, no religioso, noticias sobre
el Tepeyac: lo denomina Tepeaquilla, como lo llamaban los españoles para
distinguirlo de la poblana Tepeaca; habla, asimismo, de la existencia de
una iglesia dedicada a la Virgen de Guadalupe, indicando también al
conquistador relacionado con el lugar, Gonzalo de Sandoval. Igualmente
refiere que el Tepeyac es un lugar en el que se hacen numerosos milagros. DOCUMENTO: Actas de Cabildo. 1568 y 1569 COMENTARIO: Estos documentos revelan hasta qué punto llegaba la devoción
al Santuario de Guadalupe: los canónicos de Catedral se ausentaban de la
misma con tal de ir para allá. Puesto que esto suponía un incumplimiento
de sus responsabilidades, en el cabildo se acordó sancionar económicamente
a quienes sin permiso se ausentaran del coro. El texto del Acta de Cabildo
correspondiente al 14 de septiembre de 1568, dice: "En catorce días
del mes de septiembre de mil e quinientos e sesenta ocho años, los muy
magníficos y muy reverendos Señores […] tratando en las cosas tocantes
al servicio de Dios, Nuestro Señor, pro y utilidad desta santa Iglesia,
trataron y mandaron némine discrepante que en lo que toca a la ida de
Nuestra Señora de Guadalupe el día de la Natividad de Nuestra Señora
que el que hubiere de ir de hoy en adelante, vaya con licencia si la
pidiere, y si fuese con el Reverendo Arzobispo vaya con ausencia
[sic]" Otro texto contenido en el mismo Libro 2° de Actas, pero
correspondiente al 6 de septiembre de 1569, refiere lo siguiente: Al
margen: "Como se ha de ganar presente los que fueren a Nuestra Señora
de Guadalupe", y en el cuerpo del texto: "En seis días del mes
de septiembre de mil e quinientos e sesenta y nueve años los muy magníficos
y muy reverendos señores Deán y Cabildo […] tratando en las cosas
tocantes al servicio de Dios Nuestro Señor, pro y utilidad de esta santa
Iglesia, se trató por todos los susodichos señores Deán y Cabildo se
entiende que los que van día de Nuestra Señora, que después en la
octava, si volvieren que no ganen presentes; y que los señores que
quedaren en la Iglesia el día que se celebra la fiesta que éstos puedan
venir y ganar presentes dentro de la octava de la misma festividad." REPOSITORIO: El original del 2° Libro de Actas de Cabildo, de donde se
han tomado los textos citados, se halla perdido. Sólo existen en el
Archivo Histórico de la Catedral de México una copia fotostática de
aquel extraviado original. t. DOCUMENTO: Testamento de Alonso Hernández de Siles. 1577 COMENTARIO: Extendido en Sultpec, México, el 9 de abril de 1577, el testamento de
Alonso Hernández de Siles, contiene esta cláusula: "XIII. Item.
Mando a la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe que está en
Tepeaquilla fuera de México, para la obra que se hace, veinte pesos de
tepuzque y se paguen de mis bienes." REPOSITORIO: El original de este documento se encuentra en: ARCHIVO
GENERAL DE LA NACIÓN (AGN), Ramo: Bienes Nacionales, vol. 391, exp. 16. DOCUMENTO: Testamento de Elvira Ramírez COMENTARIO: En la lejana Villa de Colima de la Nueva España, Elvira Ramírez,
natural de la ciudad de México, dicta su testamento, ante el escribano público
Francisco López, el 30 de abril de 1577. Dos cláusulas de dicho
documento dicen: "Item, mando que en la ciudad de Méjico, en nuestra
Señora de Guadalupe, se digan tres Misas rezadas, la una a la Encarnación
y la otra a la Concebicion [sic, Concepción] de Nuestra Señora y la otra
al Espíritu Santo, y se pague la limosna acostumbrada. Item, mando que se
digan en la misma Casa de Nuestra Señora de Guadalupe, cinco misas
rezadas, la una al Bienaventurado [San] Blas e Santo Antonio y las tres
Misas por las ánimas del Purgatorio, y se paguen de mis bienes" Este
testamento no sólo confirma lo que ya hemos apuntado sobre otros
documentos de su clase; es prueba, además de lo extendida que se hallaba la devoción guadalupana por territorios lejanos de la Nueva España.
Si bien no tan antiguo como podrían serlo otros documentos de Colima
(como el Testamento de Bartolomé López o los Pagarés de Marísa Gómez,
ya vistos), el testamento de Elvira Ramírez es de gran importancia por
ser el único de los documentos guadalupanos hallados en Colima que
sobrevive en el original. REPOSITORIO: El original de este testamento, descubierto a principios
de siglo por José María Rodríguez Castellanos en el Archivo Municipal
de Colima, se hallaba extraviado. Fue recientemente reencontrado por el
Lic. Arturo Rocha, el 21 de septiembre de 1998, en el Archivo General del
Estado de Colima (AGEC), donde ahora se custodia bajo la clasificación:
AGEC, Caja 4, exp. 10: Registro de escrituras públicas ante Francisco López
(año 1577), 56 fols. El testamento en sí ocupa sólo 5 folios. Basta
con observar copias antiguas de la imagen (fig. 1) y compararlas con el
original actual (fig. 2) para ver que, efectivamente, la Virgen aparecía
coronada y que hoy dicha joya ha desaparecido. Incluso se sabe la fecha y
el por qué de esta modificación. En enero de 1.887 se comenzó a hablar
de la coronación de la Guadalupana. Parte del clero de la Basílica se
opuso a esta pretensión porque si la imagen “divina” ya lo estaba ¿qué
necesidad había de que fuera coronada por los hombres? (O
autor presume que todos os homens na história tem o mesmo pensamento que
ele. Ora, é claro que a imagem não precisaria ter uma coroa pintada, mas
bem pode ser que os bispos da época querendo enaltecer ainda mais a
realeza de Nossa senhora mandassem pintar uma coroa. O que há de
contraditório nisso? é presunção demais do autor do artigo. E isso, de
nada tira o caráter científico das pesquisas ou o seu resultado. En
junio de este mismo año cuando se procedía a efectuar unas fotografías
de la imagen se descubrió que la corona había desaparecido. Según
confesó en su lecho de muerte el pintor Rafael Aguirre, el autor de la
eliminación fue su maestro, José Salomé Pina por encargo del clero que
deseaba se celebrara la coronación de la Virgen. Una vez suprimido el
obstáculo, el 12 de octubre de 1.895 se procedió a la ceremonia con el
visto bueno del papa León XIII. Otros aspectos, como el supuesto añadido
de rayos, media luna, ángel... por el contrario no pueden determinarse
con tanta claridad como pretenden los norteamericanos que consideran que
esas alteraciones se produjeron para paliar los daños sufridos por el
lienzo en la inundación de 1.629. No obstante la figura 1 está datada en
1.606 y ya presenta dichos elementos. Si
realmente son añadidos tienen que datar de una época más temprana (o
autor esquece que são retoques e detalhes (pensavam os antepassados que
iriam enaltecer ainda mais a imagem de nossa senhora) e isso não
necessariamente precisa ser feito em uma época mais recente...argumento fútil
). Hay
que señalar, además, que Smith y Callagan parecen estar incurriendo en
un error (mais
presunção, provar que é bom...nada), el considerar que las zonas que presentan un
deterioro innegable son los añadidos mientras que la que permanece
aparentemente incólume es la original. El problema es que ninguna parte
de la tilma está libre de pérdidas. Para comprobarlo, basta con comparar
la fig. 2 con la fig. 3, una copia realizada por el pintor Correa a
finales del s XVII y que llevó su intención de ser fiel al original
hasta el punto de que, según su discípulo Cabrera, realizó una
reproducción exacta del dibujo empleando un papel aceitado. Como podemos
ver, los colores se han ido aclarando en el original mucho más que en la
reproducción pese a su menor antigüedad. (
Como pode o autor comparar uma imagem que possui corantes e pigmentos
comprovados (réplica), com outra que inexplicavelmente não possui nem
corantes nem pigmentos (original). O
autor mais uma vez tem a presunção de saber as “leis naturais” de
algo inexplicável pela própria ciência La
ausencia de pigmentos según Kuhn y la imagen intacta e inexplicable (al
menos en parte) de Smith y Callagan no son los únicos motivos por los que
el Sr. Benítez duda del carácter humano de esta efigie. También cita: “Era
casi imposible que una manta de <<hilo>> de maguey -que suele
tener una duración máxima de unos veinte años- se hubiera conservado
intacta, y con aquella viveza en los colores, después de 450 años... SE
ROMPE EL SILENCIO Durante
siglos, el cuestionar la autenticidad de la Aparición y del milagroso
ayate ha sido la mejor forma de encontrarse con problemas. Desde el padre
Bustamante, que tuvo que enfrentarse a una investigación en 1.566 por
haber asegurado públicamente que la pintura había sido realizada por el
indio Marcos y por dudar de los milagros atribuidos a ella, hasta el padre
Sevando Teresa de Mier que después de haber calificado a la historia de
la Aparición como “leyenda” estuvo a punto de ser linchado en pleno S
XIX. Así no es extraño que Joaquín García Icazbalceta, el más grande
de los historiadores mexicanos decimonónicos, se hiciera de rogar cuando
el arzobispo de México le pidió, a finales del XIX, que escribiera sobre
este tema. Sólo cuando el arzobispo se lo pidió como amigo y se lo ordenó
como autoridad religiosa accedió a ello. El resultado fue el más célebre
de los alegatos anti-aparicionistas y cuyo contenido, realmente explosivo,
D. Joaquín pidió que no se hiciera público aunque finalmente si se dio
a la imprenta. Podríamos
pensar que eso era cosa de otros tiempos, pero incluso hoy es una postura
incómoda como podría testificar el abad de la basílica de Guadalupe,
padre Schulenburg, que después de hacer pública su opinión de que la
historia de Juan Diego era una leyenda se vio presionado para que
presentara su renuncia. Desde medios pro-aparicionistas exaltados incluso
se le llegó a tildar de racista y a decir barbaridades tales como que por
su origen alemán despreciaba a los que no eran blancos. El escándalo fue
mayúsculo tanto más cuanto que se estaba preparando el ascenso a los
altares del indígena. O autor agora alega perseguições
religiosas para quem discordar do caráter histórico da imagem. Qualquer
pessoa tem o direito de discordar, mas que aponte provas senão a prova
que se constitui é de ignorância. Abaixo o relato histórico das
aparições (em italiano): NICAN
MOPOHUA (trad. italiana di Claudio Perfetti dal
testo spagnolo di P. Mario Rojas) Qui si racconta, ordinatamente, il modo in cui poco tempo fa
apparve miracolosamente la Perfetta Vergine Santa Maria Madre di Dio,
Nostra Regina, là sul colle Tepeyac, conosciuto come Guadalupe. Dapprima si mostrò ad un indio di nome
Juan Diego; e poi la sua Preziosa Immagine apparve davanti a fra' Juan de
Zumárraga, fatto vescovo da poco tempo. 1. Dieci anni dopo la conquista della città
di México, quando erano ormai già stati deposti gli scudi e le frecce,
quando dappertutto regnava la pace nei villaggi, 2. cosi come sbocciò, ora già rinverdisce
e apre la sua corolla la conoscenza di Colui per il quale si vive: il vero
Dio. 3.In quel
tempo, era l'anno 1531, verso i primi giorni del mese di dicembre, accadde
che vi era indio, un povero uomo del popolo, 4. il cui
nome era Juan Diego, che viveva, secondo quanto si dice, a Cuauhtitlan, 5.e
che,
riguardo a tutte le cose di Dio, apparteneva in tutto a Tlatilolco. 6. Era un
sabato, ancora prima dell'alba, e veniva alla ricerca di Dio e dei suoi
comandamenti. 7. Giunto
nei pressi del piccolo colle chiamato Tepeyac, cominciava ad albeggiare. 8.Udì cantare in cima al colle, sembrava
il canto di molti uccelli preziosi; quando quelle voci cessavano, sembrava
quasi che fosse il colle a rispondere; i loro canti, così
straordinariamente dolci e deliziosi, oltrepassavano quelli del coyotototl
e del tzinitzcan e di altri uccelli rari. 9.Juan Diego
si fermò per guardare. Disse tra sé:
"Sono forse io degno, merito davvero ciò che sto udendo? Non
lo sto forse solo sognando? Non lo sto forse vedendo in dormiveglia? 10.Dove sto?
Dove mi trovo? Forse là dove ci hanno tramandato i nostri antenati, i
nostri nonni: nella terra dei fiori, nella terra del mais, della nostra
carne, del nostro sostegno; forse nella terra celeste? 11.Guardava
verso la cima del colle, nella direzione in cui sorge il sole, proprio da
dove proveniva il prezioso canto celestiale. 12.E quando
improvvisamente il canto cessò, quando non si udì più, allora sentì
che lo chiamavano dalla cima del colle, dicendogli: "Juanito, Juan
Dieguito". 13.Osò allora dirigersi verso il luogo da
dove lo chiamavano; nessun turbamento passava nel suo cuore e niente lo
alterava, anzi si sentiva oltremodo felice e contento; cominciò a salire
sul colle per vedere da dove lo chiamavano. 14.E quando
giunse alla cima del colle, non appena lo vide una Signora che stava
proprio lì in piedi, 15.lo chiamò
affinché Le si avvicinasse. 16.E non appena fu davanti a Lei, si
meravigliò per quanto la sua perfetta grandezza oltrepassasse ogni
immaginazione: 17.il suo vestito splendeva come il sole,
come se riverberasse, 18.e la pietra, il masso su cui era ritta
in piedi, come se lanciasse raggi; 19.lo
splendore di Lei simile ad una pietra preziosa, come se fosse un bracciale
(ineguagliabilmente bello) 20.la terra
sembrava risplendere per i riflessi di un arcobaleno nella nebbia 21.Ed i
mezquites e i nopales e le altre erbe che normalmente ivi crescevano
sembravano smeraldi. Le foglie sembravano turchesi. E
il loro tronco, le spine e i frutti splendevano come l'oro. 22.Si prostrò
alla sua presenza. Ascoltò il suo respiro, la sua parola, che era
estremamente glorificatrice, sommamente affabile, come di qualcuno che
desiderasse attirarlo a sé e lo stimasse molto. 23.Gli disse: "ASCOLTA, MIO PICCOLO
FIGLIO AMATISSIMO, JUANITO. DOVE STAI ANDANDO?" 24.Ed egli Le rispose: "Mia Signora,
Regina, Fanciulla mia, sto andando alla tua casa di México Tlatilolco,
per seguire le cose di Dio che ci danno, che ci offrono coloro che sono le
immagini di Nostro Signore: i nostri sacerdoti". 25.Si mette
allora a discorrere con lui, rivelan cui mi rispose, mi accorsi
chiaramente che pensa che la tua casa che vuoi che ti erigano qui, forse
altro non è che una mia invenzione, o forse che non proviene dalle tue
labbra; 26.
gli dice: "Sappi, sappi con certezza, mio piccolo figlio amatissimo,
che io sono la Perfetta Sempre Vergine Santa Maria, Madre del Verissimo
Dio per il quale si vive, il Creatore delle persone, il Signore di tutto
ciò che ci circonda e ci avvolge, il Padrone del cielo, il Padrone della
terra, desidero molto che proprio qui si costruisca la mia piccola casa
sacra 27. dalla
quale io lo rivelerò, lo esalterò rendendolo manifesto: 28. lo darò
alle genti mediante tutto il mio amore personale, il mio sguardo
misericordioso, il mio aiuto, la mia salvezza: 29. poiché
io sono in verità la vostra madre misericordiosa 30. la tua e
quella di tutti gli uomini che su questa terra sono uno solo, 31. e di
tutti gli altri popoli che mi amano, che mi invocano, che mi cercano, che
in me confidano, 32. poiché
da lì ascolterò il loro pianto, la loro tristezza, per guarire, per
curare tutte le loro pene, le loro miserie, i loro dolori. 33. E per
realizzare ciò che il mio amorevole sguardo pretende, va' al palazzo del
vescovo di México, e digli che sono io a mandarti, affinché tu gli
manifesti quanto desidero che mi faccia costruire qui una casa, erigere
per me un tempio; gli racconterai tutto ciò che hai visto e ammirato, e
tutto cio' che hai udito. 34. E sii certo che te ne sarò molto grata
e te lo ripagherò, 35. che con tutto questo ti arricchirò, ti
glorificherò; 36. e molto meriterai ciò con cui io ti
ricompenserò della fatica, del servizio con cui tu ti farai carico di
tutto verso colui al quale ti invio. 37. Ora hai ascoltato, figlio mio il più
piccolo, il mio respiro, la mia parola; va', fa' ciò che a te spetta".
38. E immediatamente si prostrò alla sua
presenza: "Signora mia, Fanciulla , vado subito a realizzare il tuo
venerabile respiro, la tua venerabile parola; ed ora mi separo da Te, io,
il tuo povero piccolo indio". 39. Scese dunque per venire a mettere in
opera il suo compito: venne verso la strada rialzata, viene direttamente a
Messico. 40. Non appena giunse all'interno della
città, si diresse al palazzo del vescovo, che solo da poco tempo era
giunto, sacerdote governante; il suo nome era D. Fra' Juan de Zumárraga,
sacerdote di San Francesco. 41. E una volta arrivato cerca subito di
vederlo, prega i suoi servitori, i suoi aiutanti, che glielo vadano a dire;
42. dopo che fu passato molto tempo,
vennero a chiamarlo, quando il signor vescovo ebbe comandato che entrasse.
43. Appena entrato, si inginocchiò davanti
a lui, si prostrò, e poi subito gli rivela, gli racconta il prezioso
respiro, la preziosa parola della Regina del Cielo, il suo messaggio, e gli
riferisce anche tutto ciò che aveva ammirato, visto, udito. 44. Ed avendo ascoltato tutto il suo
racconto, il suo messaggio, come se non lo ritenesse vero, 45. gli rispose, gli disse: "Figlio
mio, torna un'altra volta, ancora con calma ti ascolterò, sempre ancora
dal principio vedrò, considererò la ragione per la quale tu sei venuto,
la tua volontà, il tuo desiderio". 46.
Uscì;
se ne andava triste, poiché non si era realizzato subito il suo incarico.
47. Poi
verso sera, verso la fine del giorno, tornò, da lì andò diretto al la
cima del colle, 48. ed ebbe
la gioia di incontrare la Regina del Cielo: proprio lì dove le era
apparsa la prima volta, lo stava aspettando. 49. E non appena la vide, davanti a Lei si
prostrò, si gettò a terra, le disse: 50. "Mia piccola dolce Padrona,
Signora, Regina, Figlia mia la più piccola, Fanciulla mia, sono stato
dove mi hai ordinato per realizzare il tuo amabile respiro, la tua amabile
parola; anche se sono entrato con difficoltà dove è il luogo del
sacerdote governante, l'ho visto, davanti a lui ho esposto il tuo respiro,
la tua parola, come mi hai comandato. 51. Mi ricevette amabilmente ed ascoltò
tutto perfettamente, ma, per come mi rispose, è come se non l'avesse
capito, non crede che sia vero. 52. Mi disse: "Torna un'altra volta;
ti riascolterò con calma, ancora perbene dal principio vedrò perché sei
venuto, il tuo desiderio, la tua volontà". 53. Dal modo in cui mi rispose, mi accorsi
chiaramente che pensa che la tua casa che vuoi che ti erigano qui, forse
altro non è che una mia invenzione, o forse che non proviene dalle tue
labbra; 54.molto ti supplico, Signora mia, Regina,
Fanciulla mia, che tu incarichi piuttosto qualcuno dei nobili, stimati,
che sia conosciuto, rispettato, onorato, di portare, di riferire il tuo
amabile respiro, la tua amabile parola affinché le credano. 55.Poiché in verità io sono un uomo del
campo, sono mecapal, sono parihuela, sono coda, sono ala; sono io stesso
ad aver bisogno d'essere condotto, portato a braccia, non è per me l'andare
o l'intrattenermi là dove tu mi invii, mia piccola Vergine, Figlia mia la
più piccola, Signora, Bambina; 56.dispènsami, per favore: affliggerò di
pena il tuo volto, il tuo cuore; finirò per cadere nella tua rabbia, nel
tuo dispiacere, Signora Padrona mia". 57.Così le rispose la perfetta Vergine,
degna di onore e venerazione: 58."Ascolta, figlio mio il più
piccolo, sappi con certezza che non sono scarsi i miei servitori, i miei
messaggeri, ai quali incaricai di portare il mio respiro, la mia parola,
affinché compiano la mia volontà; 59.è però
molto necessario che tu, personalmente, vada, preghi che per la tua
intercessione si realizzi, si compia il mio volere, la mia volontà. 60.E molto ti prego, figlio mio il più
piccolo, e con rigore ti comando, di tornare dal vesovo un'altra volta
domani. 61.E da parte mia fagli sapere, fagli udire
il mio volere, la mia volontà, affinché realizzi, costruisca il mio
tempio che gli chiedo. 62.E nuovamente, con cura, digli in che
modo io, personalmente, la sempre vergine Santa Maria, io, che sono la
Madre di Dio, ti mando". 63.Juan Diego, da parte sua, le rispose, le
disse: "Signora mia, Regina, Bimba mia, non voglio angustiare con
pena il tuo volto, il tuo cuore; con grande piacere realizzerò il tuo
respiro, la tua parola; in nessun modo tralascerò di farlo, né giudico
fastidioso il cammino. 64.Andrò a compiere la tua volontà, ma
forse non sarò ascoltato, o anche se lo fossi forse non sarò creduto. 65.Domani verso sera, quando ormai cala il
sole, tornerò per riportare alla tua parola, al tuo respiro, ciò che mi
risponderà il sacerdote governante. 66.Ora Ti saluto rispottosamente, Figlia
mia la più piccola, Fanciulla, Signora, Bambina mia, riposa ancora un po'.
67.Poi anche lui andò a casa sua a riposare. 68.Il giorno seguente, domenica, quando era
ancora notte, tutto era ancora scuro, uscì da lì, dalla sua casa, venne
diretto a Tlatilolco, venne per imparare ciò che appartiene a Dio e a
mettersi in fila; per poi vedere il signor vescovo. 69.E verso le dieci era già tutto pronto:
aveva ascoltato la messa, aveva fatto la fila e la folla si era dispersa. 70.E Juan Diego si diresse quindi al
palazzo del signor vescovo. 71.E appena arrivò, fece quasi a lotta per
vederlo, e con grande fatica lo vide un'altra volta; 72.s'inginocchiò
ai suoi piedi, diventò triste nel parlargli, nel rivelargli la parola, il
respiro della Regina del Cielo, 73.nella
speranza che fosse creduta l'ambasciata, la volontà della Perfetta
Vergine, di costruirle, di erigerle la sua piccola casa sacra, lì dove
aveva detto, lì dove la voleva. 74.E il vescovo governante moltissime cose
gli chiese, lo interrogò, per potersi accertare dove l'eavesse vista,
come Ella fosse; assolutamente tutto raccontò al signor vescovo. 75.Ma anche
se egli assolutamente tutto gli riferì, ed in ogni cosa vide, ammirò che
appariva con tutta evidenza che Ella era la Perfetta Vergine, l'Amabile,
la Meravigliosa Madre del Nostro Salvatore Nostro Signore Gesucristo, 76.tuttavia,
ancora non si poté realizzare 77.Disse che
non solo mediante la sua parola, la sua petizione, si sarebbe compiuto,
realizzato ciò che egli chiedeva, 78.ma che
era assolutamente necessario qualche altro segno perché si potesse
credere che a inviarlo era la Regina del Cielo in persona. 79.Non
appena Juan Diego ebbe udito ciò, disse al vescovo: 80."Signor
governante, rifletti su quale segno vuoi, perché io poi andrò a
chiederlo alla Regina del Cielo che mi ha mandato". 81.Ed avendo
il vescovo constatato che confermava, che in nulla vacillava o dubitava,
allora lo licenzia. 82.E non appena è fuori, comanda ad alcuni
della sua casa nei quali riponeva assoluta fiducia, che lo seguissero, che
osservassero attentamente dove andava, chi vedeva, con chi parlava. 83.E così fu fatto. E
Juan Diego venne diretto. Percorse la strada rialzata. 84.E coloro
che lo seguivano, prima d'arrivare al Tepeyac, all'altezza del ponte di
legno, finirono per perderlo. E benché lo cercassero dappertutto, non
riuscirono più a vederlo da nessuna parte. 85.E così tornarono indietro. Non solo
perché ne rimasero molto infastiditi, ma anche perché li aveva
ostacolati nel loro intento, li fece arrabbiare. 86.Andarono cosi a raccontare al signor
vescovo, gli misero in testa di non credergli, gli dissero di come gli
raccontasse solo menzogne, che non faceva che inventare ciò che veniva a
dirgli, o che solo sognava o immaginava ciò che gli diceva, ciò che gli
chiedeva. 87.E decisero dunque che, se un'altra volta
fosse venuto, fosse tornato, lì stesso lo avrebbero afferrato e duramente
castigato, affinché non tornasse a dire bugie, né a svegliare all'alba
la gente. 88.Nel frattempo, Juan Diego stava con la
Santissima Vergine, riferendole la risposta data dal signor vescovo; 89.come la Signora la ebbe ascoltata, gli
disse: 90."Va bene, piccolo figlio mio,
tornerai qui domani per portare al vescovo il segno che ti ha chiesto; 91.con quello ti crederà, e non avrà più
dubbi su nulla, né sospetterà più di te; 92.e sappi, piccolo figlio mio, che io ti
ricompenserò per l'attenzione e il lavoro e la fatica che per me hai
affrontato; 93.ora va', ché domani ti aspetto qui". 94.Ma il giorno seguente, lunedì, quando
Juan Diego doveva portare il segno per essere creduto, non tornò. 95.Giunto a casa, infatti, un suo zio, di
nome Juan Bernardino, era caduto ammalato, era molto grave. 96.Andò anche a chiamare un medico, fece
anche qualcosa per lui, ma non c'era più tempo, era ormai molto grave. 97.E quando sopraggiunse la notte, suo zio
lo pregò che all'alba, quando fosse ancora scuro, uscisse, venisse a
chiamare a Tlatilolco qualche sacerdote che andasse a confessarlo, a
prepararlo, 98.poiché era sicuro che fosse ormai il
tempo, il luogo, per morire, e che ormai non si sarebbe più alzato, né
guarito. 99.E il martedì, quando la notte era
ancora alta, Juan Diego uscì dalla sua casa per venire a chiamare il
sacerdote a Tlatilolco; 100.e quando finalmente giunse sul fianco
del colle col quale termina la sierra, ai suoi piedi, là dove comincia il
sentiero, dalla parte in cui il sole tramonta, dove prima era salito,
disse: 101."Se vado diritto per il sentiero,
questa Signora potrebbe vedermi e certamente, come è stato, mi tratterrà
affinché io porti il segno al governante ecclesiastico, come mi aveva
comandato; 102.ma prima
deve abbandonarci la tribolazione; debbo prima chiamareil sacerdote
religioso, mio zio non fa che aspettarlo". 103.Fece
quindi il giro del colle, lo salì in un punto intermedio per uscire sul
versante orientale, per raggiungere rapidamente México, per non essere
trattenuto dalla Regina del Cielo. 104.Pensa che facendo quel tratto non lo
potrà vedere colei che osserva perfettamente ogni luogo. 105.La vide non appena prese a scendere da
sopra il colle, e che da lì l'aveva sempre osservato, da dove prima lo
vedeva. 106.Gli venne incontro sul fianco del colle,
venne a tagliargli la strada; gli disse: 107."Che accade, il più piccolo dei
miei figli? Dove vai, dove sei diretto?"; 108.E lui, forse si dette pena o forse provò
vergogna? O forse si spaventò, divenne timoroso? 109.Alla sua presenza si prostrò, la salutò,
le disse: 110."Fanciulla
mia, Figlia mia la più piccola, Bambina mia, spero che tu sia contenta;
come ti sei svegliata? Sta bene il tuo amato corpicino, Signora mia,
Bambina mia? 111.Con pena
angustierò il tuo volto, il tuo cuore: ti faccio sapere, Fanciulla mia,
che un tuo servitore, mio zio, è gravemente ammalato. 112.Una
grave malattia lo ha colpito, certamente ne morirà presto. 113.E voglio
andare in fretta alla tua piccola casa di México, per chiamare qualcuno
degli amati di Nostro Signore, dei nostri sacerdoti, affinché vada a
confessarlo e a prepararlo, 114.poiché in realtà è per questo che
siamo nati, noi che veniamo ad aspettare il travaglio della nostra morte. 115.Ma, se vado a farlo, poi tornerò qui
di nuovo per andare a portare il tuo respiro, la tua parola, Signora,
Fanciulla mia. 116.Ti prego
di perdonarmi, abbi con me ancora un po' di pazienza, poiché non ti sto
ingannando, Figlia mia la più piccola, Bambina mia, domani senz'altro
verrò in tutta fretta". 117.Non
appena ebbe ascoltato le ragioni di Juan Diego, la Misericordiosa Perfetta
Vergine gli rispose: 118."ascolta,
riponilo nel tuo cuore, figlio mio il più piccolo, non è nulla ciò che
ti ha spaventato, che ti ha afflitto, non si turbi il tuo volto, il tuo
cuore: non temere per questa malattia né per alcun'altra infermità, né
per altre cose critiche, dolorose. 119.Non sto forse qui io, che sono tua
madre? Non
stai sotto la mia ombra e la mia protezione? Non sono io la fonte della
tua gioia? Non stai nel cavo del mio mantello, nella croce delle mie
braccia? Di cos'altro hai bisogno? 120.Che
nessun'altra cosa ti affligga, ti turbi; che non ti dia pena la malattia
di tuo zio, perché non ne morirà per adesso. Sii
certo che sta già bene". 121.(E proprio in quel momento, come si
seppe poi, suo zio guarì). 122.E Juan Diego, udita l'amorevole parola,
l'amorevole respiro della Regina del Cielo, se ne consolò moltissimo, il
suo cuore si colmò di pace, 123.e la supplicò di mandarlo subito a
vedere il vescovo governatore, per portargli un segno, una prova, affinché
credesse. 124.La Regina Celeste gli ordinò allora di
salire fin sulla cima del colle, dove l'aveva vista precedentemente; 125.gli disse: "Sali, Figlio mio il più
piccolo, sulla cima del colle, dove mi hai visto e di detti degli ordini; 126.lì vedrai che vi sono molti diversi
fiori: tagliali, riuniscili, mettili tutti insieme; poi, ritorna quaggiù;
portali qui, alla mia presenza". 127.E Juan Diego salì dunque sul colle, 128.e quando raggiunse la sommità, rimase
stupito per quanto erano fioriti, aperte le loro corolle, i fiori più
svariati, graziosi e belli, pur non essendo ancora il loro tempo: 129.poiché in verità in quella stagione
il gelo ancora imperava; 130.andavano diffondendo un odore
soavissimo; come perle preziose, come irrorati di rugiada notturna. 131.Cominciò allora a tagliarli, li unì
tutti assieme, li ripose nel cavo del suo mantello. 132.E' certo che la cima del colle non era
un luogo in cui potessero crescere fiori, vi abbondano solo sassi, cardi
selvativi, spine, cactus, mezquite, 133.e anche se a volte vi potevano crescere
delle pianticelle, allora era dicembre, quando il gelo tutto mangia, tutto
distrugge. 134.E poi ridiscese, portando alla Bambina
Celeste i vari fiori che era andato a tagliare, 135.e quando li vide, col le sue venerabili
mani li prese; 136.poi nuovamente li tornò a deporre del
cavo del suo mantello e gli disse: 137."Figlio mio il più piccolo,
questi diversi fiori sono la prova, il segno che porterai al vescovo; 138.da parte mia gli dirai che veda in essi
il mio desiderio e che pertanto realizzi il mio volere, la mia volontà. 139.E tu..., tu che sei il mio messaggero...,
in te è assolutamente riposta la mia fiducia; 140.e molto ti ordino, con fermezza, che
sia tu da solo alla presenza del vescovo ad aprire il tuo mantello e a
mostrargli ciò che vi porti. 141.E gli racconterai tutto puntualmente,
gli dirai che ti ho ordinato di andare in cima al colle a tagliare i
fiori, e tutto ciò che hai visto e ammirato, 142.affinché tu possa convincere il
sacerdote governante, affinché faccia ciò che deve fare, si eriga il mio
tempio che gli ho chiesto". 143.E non appena gli dette quell'ordine la
Celeste Regina, venne a prendere la strada rialzata, viene diretto a México,
ora viene contento. 144.Il suo cuore ormai è tranquillo, poiché
porterà a termine la sua missione, la realizzerà perfettamente. 145.Sta molto attento a ciò che porta nel
cavo del mantello, che nulla possa disperdersi; 146.viene gustandosi l'aroma dei diversi
preziosi fiori. 147.Una volta giunto al palazzo del
vescovo, gli andarono incontro il portinaio e gli altri servitori del
sacerdote governante, 148.e li supplicò di dirgli quanto
desiderasse vederlo, ma nessuno volle, fingevano di non capirlo, o forse
perché era ancora molto buio, 149.o forse
perché già lo sapevano che non faceva altro che molestrarli,
importunarli, 150.e già era stato loro riferito da quei
compagni che lo persero di vista quando lo avevavo seguito. 151.Per un lunghissimo tempo rimase ad
aspettare soddisfazione. 152.E quando videro che per lunghissimo
tempo se ne stette lì, in piedi, il capo chino, senza far nulla,
aspettando d'essere chiamato, e che portava qualcosa, lo portava nel cavo
del suo mantello; dopo un po' gli si avvicinarono per vedere cosa portasse
e per togliersi la curiosità. 153.E quando Juan Diego si rese conto che
non poteva in alcun modo nascondere loro ciò che portava e che per questo
lo avrebbero potuto molestare, spintonare o forse strattonare, fece in
modo da mostrare appena che si trattava di fiori. 154.E quando s'accorsero che erano fiori
delicati, vari, e che non si era ancora in tempo di fioritura, li
ammirarono tantissimo, per quanto erano sbocciate le loro corolle, quanto
erano profumati, quanto sembravano belli. 155.E vollero prenderne e strappargliene alcuni; 156.per tre volte cercarono di
prenderglieli, ma in nessun modo vi riuscirono, 157.perché, quando cercavano di farlo,
essi non vedevano più i fiori, ma questi apparivano come fossero dipinti,
o ricamati, o cuciti sul mantello. 158.Andarono subito a riferire al vescovo
governante ciò che avevano visto, 159.quanto desiderasse entrare a vederlo
l'indio che già altre volte era venuto, e che ormai da moltissimo tempo
se ne stava lì aspettando il permesso, perché desiderava vederlo. 160.E il vescovo governante, udito ciò, si
rese conto che era quella la prova per convincerlo, per compiere ciò che
quell'uomo sollecitava. 161.Subito ordinò di farlo entrare. 162.E una volta entrato, alla sua presenza
si prostrò, come aveva già fatto precedentemente. 163.E raccontò di nuovo ciò che aveva
visto, ammirato, e il suo messaggio. 164.Gli disse: "Signore mio,
governante, ho fatto, ho compiuto ciò che mi hai ordinato; 165.sono andato a dire alla Signora mia
Padrona, Bambina Celeste, Santa Maria, Amata Madre di Dio, che chiedevi
una prova per potermi credere, che tu le facessi la sua piccola casa
sacra, là dove ti chiedeva di edificarla; 166.e le
dissi anche che ti avevo dato la mia parola di portarti un segno, una
prova della vua volontà, come tu mi incaricasti. 167.E ascoltò
bene il tuo respiro, la tua parola, e ricevette benevolmente la tua
richiesta del segno, dellaprova, affinché si faccia, di realizzi la sua
amata volontà. 168.E così, quando era ancora notte, mi
comandò di venire a vederti un'altra volta; 169.e le chiesi la prova per essere
creduto, come mi aveva detto che avrebbe fatto, e subito lo fece. 170.E mi inviò sulla cima del colle, là
dove io l'avevo vista prima, affinché ivi tagliassi diverse rose di
Castiglia. 171.E dopo averle tagliate, gliele riportai
laggiù; 172.e con le
sue sante mani le prese, 173.di nuovo
nel cavo del mio mantello le ripose, 174.affinché
venissi a portartele, a te personalmente le dessi. 175.Benché
sapessi bene che la cima del colle non è un luogo adatto per i fiori,
poiché vi è solo abbondanza di sassi, cardi selavatici, arbusti, cactus,
mezquite, non per questo dubitai, non per questo vacillai. 176.Quando
fui giunto sulla cima del colle vidi che era già il paradiso. 177.Lì
trovai, perfetti, tutti i diversi fiori preziosi, quanto di più fine ci
possa essere, pieni di rugiada, splendenti, cosicché poi mi misi a
tagliarli; 178.e mi disse che da parte sua te li
dessi, e che così io avrei provato e tu avresti visto il segno che le
chiedevi per realizzare la sua amata volontà; 179.e affinché appaia che è verità la
mia parola, il mio messaggio, 180.eccoli qui, fammi il favore di
riceverli". 181.E stese quindi il suo bianco mantello,
dentro il quale aveva riposto i fiori. 182.E non appena caddero a terra tutti i
vari fiori preziosi, 183.lì si trasformò in segno, apparve
all'improvviso l'Amata Immagine della Perfetta Vergine Santa Maria, Madre
di Dio, nella forma e nella figura in cui oggi sta, 184.e dove è ora conservata nella sua
piccola amata casa, nella sua piccola casa sacra sul Tepeyac, che si
chiama Guadalupe. 185.E appena
la videro il vescovo governante e tutti quelli che stavano lì, si
inginocchiarono e molto la ammirarono, 186.si
alzarono in piedi per vederla, si rattristarono, si afflissero, sospeso il
cuore, la mente... 187.E il
vescovo governante nel pianto, con tristezza, lo pregò, gli chiese
perdono per non aver compiuto la sua volontà, il suo venerabile respiro,
la sua venerabile parola, 188.e quando
di alzò, sciolse dal collo attorno al quale era legato l'indumento, il
mantello di Juan Diego 189.sul
quale la Regina Celeste era apparsa, s'era trasformata in segno; 190.e poi la
portò, l'andò a collocare là, nel suo oratorio. 191.E Juan
Diego passò ancora un giorno lì, nella casa del vescovo, che lo
trattenne ancora. 192.E il
giorno appresso gli disse: "Va', andiamo e mostrami dove la Regina
del Cielo vuole che le costruiscano il suo tempio". 193.Subito
fu invitata gente per farlo, erigerlo. 194.E Juan
Diego, appena ebbe mostrato dove la Signora del Cielo aveva comandato che
le si erigesse la sua piccola casa sacra, chiese il permesso: 195.voleva
recarsi a casa sua per andare a vedere suo zio Juan Bernardino, che era
gravemente ammalato quando l'aveva lasciato per andare a chiamare un
sacerdote a Tlatilolco affinché lo confessasse e lo preparasse, e che la
Regina del Cielo aveva detto d'avere già guarito. 196.Ma non
lo lasciarono andar via da solo, lo accompagnarono alla sua casa. 197.E quando
arrivarono, videro che suo zio era davvero guarito, assolutamente più
nulla lo angustiava. 198.E questi, da parte sua, si meravigliò
molto della forma in cui suo nipote era accompagnato e molto onorato; 199.chiese al nipote perché ciò
accadesse, perché lo onoravano tanto; 200.E gli raccontò che quando lo aveva
lasciato per andare a chiamargli un sacerdote che lo confessasse, lo
preparasse, là sul Tepeyac gli era apparsa la Signora del Cielo; 201.e lo aveva inviato a México dal
vescovo governante, affinché gli facesse una casa sul Tepeyac. 202.E gli aveva detto di non affliggersi,
ché suo zio ormai stava bene, e ciò l'aveva consolato molto. 203.Suo zio gli disse che era certo che
proprio in quel momento fu guarito, 204.e l'aveva vista esattamente nella
stessa forma in cui era apparsa a suo nipote, 205.gli disse che anche lui era stato
mandato a México a vedere il vescovo; 206.e che anche lui, quando l'avesse visto,
doveva riferirgli assolutamente tutto, raccontandogli ciò che aveva visto
207.e il modo meraviglioso in cui era stato
guarito, 208.e che avrebbe dovuto chiamare, invocare
la sua Amata Immagine proprio così: La Perfetta Vergine Santa Maria di
Guadalupe. 209.Condussero
quindi Juan Bernardino alla presenza del vescovo governante, lo portarono
a parlare da lui affinché desse testimonianza, 210.e
insieme a suo nipote Juan Diego, il vescovo li ospitò a casa sua alcuni
giorni, 211.mentre
si costruiva la piccola casa sacra della Bambina Regina là sul Tepeyac,
dove si fece vedere da Juan Diego. 212.E il signor vescovo trasferì nella
Chiesa Maggiore l'amata Immagine dell'Amata Bambina Celeste. 213.Andò a prelevare l'amata Immagine dal
suo palazzo, dal suo oratorio in cui stava, affinché tutti la vedessero e
l'ammirassero. 214.E proprio tutta questa città, nessuno
escluso, si commosse quando venne a vedere, ad ammirare la sua preziosa
Immagine. 215.Venivano
a riconoscere il suo carattere divino. 216.Venivano
a presentarle le loro preghiere. 217.Molti restarono ammirati per la maniera
miracolosa in cui era apparsa, 218.poiché assolutamente nessun uomo della
terra dipinse la sua amata Immagine. Indice
dei versetti Introduzione
1, 2, FUENTE :
http://www.interlupe.com.mx En
1.947 y 1.973 la pintura de la Virgen fue restaurada por D. José Antonio
Flores Gómez. (Além de não encontrar em
parte alguma a veracidade dessas “restaurações” feitas por José
Antonio Flores Gómez, essa afirmação de nada tira o caráter científico
de pesquisas sérias tais como científicos
de la NASA, P. Callagan y J. Brand Smith, e premio
Nobel de Química Richard
Kuhn) En
1.982 D. José Sol Rosales realizó un estudio técnico de la pintura a
petición del abad Schulenburg que estaba preocupado por el evidente
deterioro que sufría la imagen. El contenido del informe que elaboró
(“El análisis que ocultó el Vaticano.” Por
Rodrigo Vera. El
Proceso nº 1.333) es: La imagen está pintada “sobre una tela de
lino y cáñamo” “Tradicionalmente se ha dicho que esta obra
está ejecutada sobre el lienzo desnudo; esto es totalmente falso, pues es
evidente al examen ocular
la presencia de una preparación de color blanco, de un grosor que podría
considerarse medio y aplicada irregularmente.” “La pintura es la ejecutada usando diversas variantes de la técnica
modernamente conocida como temple; una de ellas, la usada en manto y
ropaje, fue empleada en el S XVI con el nombre de aguazo, deriva de las técnicas
en la pintura de las llamadas sargas y presupone el realizar la pintura
sobre el lienzo humedecido ligeramente para facilitar la fijación del
color.” “El negro seguramente es un negro de humo usado
tradicionalmente en todas las épocas... El blanco es, con toda seguridad,
sulfato de calcio... Los pigmentos azul y verde son, con mucha
probabilidad, óxidos básicos de cobre... Las tierras son óxidos de
hierro... Como pigmentos rojos, además del óxido de hierro rojo, se
usaba el bermellón, compuesto de azufre y mercurio, y el carmín de la
cochinilla mexicana.” “Con un examen ocular, auxiliado de luz
rasante y con luces ultravioletas, se detectan diversas áreas de repintes
en zonas importantes... También se detectan repintes en el fondo, manto y
a lo largo de la unión de los lienzos.” De todo ello, se informó
al Vaticano y más concretamente al cardenal Sodano. (“Manos humanas
pintaron la guadalupana.” Por Rodrigo
Vera. El
Proceso nº 1.332) En una de sus cartas, el abad Schulenbur aseguró: “...
y nos dimos perfecta cuenta de que reunía todas las características de
una pintura hecha por mano humana, con el deterioro propio de la antigüedad
de la imagen misma. Dicho examen crítico lo enviamos a esa sede apostólica
como un signo de honestidad y de amor a la verdad.” “El
consultor histórico del Vaticano ni siquiera mandó analizar la imagen de
la guadalupana para comprobar que, efectivamente, fue hecha por un pintor
del S XVI y no producto de un milagro.” (A igreja está sempre disposta
e aberta a pesquisas científicas para diferenciar falsos de verdadeiros
milagres, e mais uma vez essa “pesquisa ocular (?)” de José Sol Rosales carece
de qualquer procedimento científico pois encontramos apenas uma
entrevista e nada de análises, exames, fotos e contra-provas. En
1.999, el cardenal Rivera Carrera, arzobispo de México y destacado
pro-aparicionista, le pidió al microbiólogo Leoncio Garza-Valdés
(conocido por su errónea impugnación de la datación por C14 de Santo
Sudario de Turín falseada (
o
autor agora demonstra extremo desconhecimento sobre o teste de carbono 14
realizado no sudário:
http://www.parapsicologiageral.hpg.ig.com.br/santosudario.htm),
según él, por la existencia de microorganismos en las muestras) que
realizara una investigación sobre el lienzo. Según D. Leoncio (“La
guadalupana: tres imágenes en una.” Por
Rodrigo Vera. El
Proceso nº 1.334) empleando técnicas de fotografías con luz
ultravioleta e infrarroja con material mucho más moderno que el de Smith
y Callahan, descubrió que hay tres imágenes superpuestas, una primera
completamente diferente a la actual con un niño Jesús desnudo en brazos
e idéntica a un relieve en madera situado en el monasterio de Guadalupe
en Extremadura. Está fechada (la pintura) en 1.556 y firmada con las
iniciales M.A. ¿Marcos Aquino? La segunda es muy similar a la actual,
pero con el rostro con rasgos más indígenas. La tercera es la que
conocemos. Como
pueden ver, independientemente de que nuevas investigaciones confirmen o
no los aspectos más “espectaculares” de la investigación de
Garza-Valdés (y, considerando que desde un principio reconoció que su
interés por investigar la guadalupana residía en que la editorial
Doubleday le había propuesto escribir un libro sobre este tema, me atrevo
a sugerir que no se confirmarán nunca) aún así han quedado bastante
claros algunos aspectos que contradicen las afirmaciones contenidas en el
libro del Sr. Benítez. La imagen es una pintura, realizada en un soporte
de lino y cáñamo, con el uso de las técnicas y los pigmentos conocidos
en el S XVI. Su estado de conservación no es bueno pese a haberse
realizado distintas restauraciones y repintes que afectaron también a la
zona que supuestamente estaba libre de ellos. Los “añadidos” no son
identificados como tales por los restauradores. Con todo ello, las
pretensiones de sucesos “inexplicables” desaparecen y podríamos
devolver la Virgen de Guadalupe al lugar que le corresponde por derecho
propio, el de una magnífica obra de arte, símbolo de una nación
admirable por muchos conceptos y emblema de la fe católica de muchos
mexicanos (y de otras nacionalidades) si no fuera porque aún queda un
tema por explicar, las figuras humanas en los ojos de la Virgen.
( Em seu afã de provar que a imagem é
uma pintura, o autor do artigo recorre a argumentos falsos, fúteis e
totalmente anti-científicos.) LOS
OJOS DE LA GUADALUPANA Aunque
en buena lógica ya no sea necesario por cuanto al haber devuelto a la
pintura de la Guadalupana al rango de obra humana las afirmaciones sobre
este tema quedan privadas de base, sin embargo, dada la importancia que le
concede el Sr. Benítez, he creído conveniente dedicar algo de espacio
adicional a refutar la afirmación de que en los ojos de la Vigen de
Guadalupe se pueden contemplar (previos procesos de ampliación) una serie
de figuras humanas, algo ciertamente inexplicable. Según
reconoce el escritor navarro, su fuente en este caso es una obra mexicana:
“El título me enganchó desde un primer momento: Descubrimiento de
un busto humano en los ojos de la Virgen de Guadalupe. Dictámenes médicos
y otros estudios científicos. Los autores -Carlos Salinas y Manuel de la
Mora- presentaban en aquel brevísimo reportaje unas fotografías y unos
documentos sencillamente increíbles, la figura, en efecto, de un hombre
con barba en la córnea del ojo derecho de la imagen que se venera
actualmente en la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en México
(Distrito Federal).” (Pág. 12) Todo
ello resulta impresionante ¿o tal vez no? Por de pronto, según nos
informa el propio Sr. Benítez, la primera persona de la que se tienen
noticias que advirtiera algo en los ojos de la Guadalupana fue Alfonso
Marcué en 1.929. Pudo observarlo al examinar unas fotografías que
acababa de realizar. El Sr. Salinas también lo advirtió en una fotografía
en blanco y negro (realizada por Jesús Cataño en 1.946) en el año 1.951
aunque después pudo confirmarlo al natural. El problema es que según el
Sr. Benítez, entre las fotografías tomada por Manuel Ramos en 1.923 y
las de Marcué de 1.929 se produjo una restauración secreta del rostro de
la Virgen. La intervención afectó: “A los ojos. Les añadieron
tales sombras en las zonas inferiores, que los ojos parecen desorbitados.
El ojo derecho fue el más perjudicado. Parece incluso como si hubiera
sido golpeado.” (Pág. 125) Tales descubrimientos se realizaron, por
tanto, después de una restauración y en una zona en la que se detectaba
una intervención poco afortunada. No
obstante, alguien podrá argüir que es posible que la zona concreta del
ojo en la que se localizó la figura no hubiera sido modificada. En
efecto, puede ser. Abandonaré momentáneamente la obra del ufólogo español
para ir a su fuente, la obra antedicha de los Sres. Salinas y de la Mora
(Editorial Tradición S.A. Segunda edición. México D.F. Febrero de
1.980). En uno de los diversos dictámenes técnicos que contiene el Dr.
Torroella afirma: “A nosotros los oftalmólogos no nos corresponden
dictaminar si la imagen de nuestra Señora de Guadalupe es o no una obra
sobrenatural y ni siquiera si las figuras que vemos en sus ojos son
realmente unas figuras ó simples acúmulos de pintura, esa es materia
para otros especialistas.” (Pág.
10) Todo
ello resulta impresionante ¿o tal vez no? Por de pronto, según nos
informa el propio Sr. Benítez, la primera persona de la que se tienen
noticias que advirtiera algo en los ojos de la Guadalupana fue Alfonso
Marcué en 1.929. Pudo observarlo al examinar unas fotografías que
acababa de realizar. El Sr. Salinas también lo advirtió en una fotografía
en blanco y negro (realizada por Jesús Cataño en 1.946) en el año 1.951
aunque después pudo confirmarlo al natural. El problema es que según el
Sr. Benítez, entre las fotografías tomada por Manuel Ramos en 1.923 y
las de Marcué de 1.929 se produjo una restauración secreta del rostro de
la Virgen. La intervención afectó: “A los ojos. Les añadieron
tales sombras en las zonas inferiores, que los ojos parecen desorbitados.
El ojo derecho fue el más perjudicado. Parece incluso como si hubiera
sido golpeado.” (Pág. 125) Tales descubrimientos se realizaron, por
tanto, después de una restauración y en una zona en la que se detectaba
una intervención poco afortunada. No
obstante, alguien podrá argüir que es posible que la zona concreta del
ojo en la que se localizó la figura no hubiera sido modificada. En
efecto, puede ser. Abandonaré momentáneamente la obra del ufólogo español
para ir a su fuente, la obra antedicha de los Sres. Salinas y de la Mora
(Editorial Tradición S.A. Segunda edición. México D.F. Febrero de
1.980). En uno de los diversos dictámenes técnicos que contiene el Dr.
Torroella afirma: “A nosotros los oftalmólogos no nos corresponden
dictaminar si la imagen de nuestra Señora de Guadalupe es o no una obra
sobrenatural y ni siquiera si las figuras que vemos en sus ojos son
realmente unas figuras ó simples acúmulos de pintura, esa es materia
para otros especialistas.” (Pág.
10) Esa frase me hizo pensar en que las afirmaciones concernientes a las figuras en los ojos de la Guadalupana eran falsables. Bastaría para ello el demostrar que eran producto de una acumulación de pintura. Dado que en la obra antedicha (y que es extensamente reproducida por el Sr. Benítez en la suya en las páginas 168-204) se explica con detenimiento la manera en que el Sr. Salinas descubrió la figura, no era difícil reproducir el experimento pero con dos diferencias, la fotografía inicial sería una de las tomadas por D. Manuel Ramos en 1.923 (antes de la restauración del rostro) y buscaría figuras humanas en otras partes de la pintura que no fueran los ojos. Los
resultados los tienen ante ustedes. La figura 4 es la fotografía inicial,
la 5 una selección de un fragmento en el que he mantenido parte del
rostro para que puedan apreciar en qué zona aparecen las “personas” (silueteadas
en blanco para que se perciban más fácilmente) y la 6 una ampliación de
ellas. Con un poco de imaginación, podrán advertir un grupo de tres
personas, a la izquierda un hombre con barba, en el centro una mujer
gritando y a la derecha otro hombre (éste más borroso). Todo esto tiene
un nombre, paraideloia, la tendencia a ver formas conocidas en algo
amorfo. Cuando jugábamos a decir a qué se parecen las nubes, estábamos
haciendo lo mismo que estos investigadores guadalupanos y, los resultados
eran tan poco científicos como éstos. Sin embargo, nada de esto es así para el Sr. Benítez que concluye su
libro con una comparación entre el Santo Sudario de Turín y la imagen de
la Virgen de Guadalupe: “... parece como si el <<alto estado
mayor>> de los cielos hubiera escondido en este viejo ayate del
siglo XVI otro as... Un triunfo destinado -como en el caso del lienzo que
se conserva en Turín- a los hombres del siglo XX.” (Pág. 306) Con
todos mis respetos a los creyentes en el “alto estado mayor de los
cielos” si éstos son los ases que lleva, ¡¡órdago a chica!! (Por
último, o autor revela sua total ignorância em argumentar que as figuras
nos olhos da imagem são fruto do acaso (paraideloia como ele chama) e
ainda alega que houve uma restauração no olho da imagem e isso faria
aparecer as imagens. Ora, então não seria obra do acaso e sim da
restauração. Querendo criar argumentos contrários, ele próprio se
contraria. Já dissemos sobre isso no começo deste artigo , mas podemos
complementar com as imagens. Veja as figuras no site e julgue o leitor por
si mesmo: Conclusão: Querendo demonstrar convencimento, o autor quer derrubar as pesquisas e estudos científicos já realizados com argumentos fracos e absolutamente sem provas. Apenas uma dúvida me restou: será que ele próprio acredita no que diz? Carlos Orlando -
OEP –Organização de Estudos Parapsicológicos
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